CRISIS DE LAS PRIMES. EL GOLPE GRANDE VIENE EN MARZO-ABRIL
Walid Ibn Talal |
Por: Redacción y Der Spiegel.
Fuente: El Chileno
www.elchileno.cl/artiklar/artikelPost.cfm?show=956&sammaKategori=2
Bajo el título "Sigue el baño de sangre” la revista alemana Der Spiegel en su último número* entrega un análisis de lo que está pasando en el sistema bancario del mundo desarrollado, concretamente en el país rector de la Unión Europea (Alemania) y en los Estados Unidos.
Der Spiegel sabe a quien sirve y lo hace bien. Los dirigentes de la EU requieren que les digan la verdad, y nada más que la verdad, sin adornos, manipulaciones o intereses escondidos y particulares y naturalmente sin ideologías trasnochadas, dogmáticas y elevadas a artículos de fe como en Chile.
Ese es el valor del informe que traducimos para nuestros lectores, ya que una “foto” tan descarnada de la realidad como esta, simplemente nadie la publica ni en Chile ni en ningún otro país.
No sólo porque los “intereses generales” serían tocados (por ejemplo, el Citi Group está en vías de fusionarse con el Banco de Chile y es precisamente el Citi Group el que tiene mas dificultades en los Estados Unidos. Ni hablar de las “inversiones” de las AFP en ese mercado...), sino por una causa mayor: hay que disimular la crisis y tranquilizar al “personal” como dice Luis Casado.
Como El Chileno es completamente irresponsable políticamente ya que este medio no es de partido, ni de político alguno y menos tiene avisos del Estado ni está para proteger los intereses de nadie ya que somos mas pobres de San Francisco de Asís, lo publicamos para conocimiento de nuestros lectores a los que recomendamos que vigilen a sus AFP, que los 140 mil millones de dólares que les hemos confiado los chilenos a esos aventureros, están realmente en peligro (por lo menos la mitad de los que los ”invirtieron” en el extranjero).
Este es el texto, del cual dejamos fuera la parte localista que se refiere a unos bancos de provincia en Alemania que no afectan la visión general.
“Los efectos de la crisis inmobiliaria en los Estados Unidos son mas mucho mas graves de lo conocido hasta ahora. Sólo entre los “grandes” de Wall Street las amenazas de pérdidas suman más de doscientos mil millones de dólares. Para los bancos alemanes se avecinan tiempos difíciles.
En octubre el mundo se veía aún en cierta medida en orden para el jefe del Citi Group Charles Prince. Las ganancias habían caído, pero el accionista mayoritario, el príncipe Walid Ibn Talal había mantenido la calma. El multimillonario en miles de millones había declarado que todo era un mero “hipo”.
Poco después, a comienzos de la semana antepasada, otro “profesional” del Citi Group debió salir al frente: Sandy Weill voló en el jet del banco a Riad. El gerente de 74 años había sido jefe del banco (el más grande del mundo) y en los noventa había llevado a Citi a transformarse en un consorcio financiero multifacético ampliamente ramificado. Ahora la “obra de su vida” estaba en peligro.
Weill sabía que el “hipo” se había transformado en el intertanto en un peligro grave. “Discutimos que había andado mal”, dijo el príncipe Walid acerca de la reunión de crisis.
La reunión en Arabia Saudita causó en Wall Street un sismo. Pocos días después de que el jefe del Banco de Inversiones Merrill Lynch Stan O`Neal fuera despedido, el mismo Prince debió desalojar su oficina.
Ambos se habían equivocado brutalmente. Sus empresas debían declarar como perdidos entre 8 y once mil millones de dólares. Y con estas “pérdidas el drama que comenzó en pleno verano no ha terminado.
En esos meses los “hedgefonds” y los bancos había tocado alarma: la burbuja inmobiliaria de los Estados Unidos amenazaba con reventar. Los propietarios de viviendas en los EEUU estaban cesando los pagos de las hipotecas que habían contratado para comprar sus casas en la esperanza de que el valor de sus viviendas subirían en forma rápida y constante.
Desde esas fechas la crisis ha cobrado nuevas víctimas. Hace rato que no se trata de “millones” sino que de “miles de millones” y a pesar de los llamados a la calma y el discurso tranquilizador de los políticos y los bancos centrales, la crisis va tocando no sólo a los bancos chicos sino que también a los gigantes de la rama financiera.
Prácticamente a todos los “pesos pesados” de Wall Street y mayoritariamente a grandes bancos europeos han sido afectados por la crisis en forma mucho mas dura que lo que han confesado públicamente. Las pérdidas de los diez mayores perdedores suman ya 40 mil millones de dólares. Y este es sólo el comienzo.
“Creo que todavía no conocemos todos los riegos”, supuso Alexander Dibelius, el jefe de Goldman Sachs hace dos semanas. Poco después la crisis llegó a sus colegas del Citi y Merril Lynch.
Los economistas y los bancos centrales esperan una pérdida general de unos 200 mil millones de dólares. “El baño de sangre sigue y se agravará aún mas” cree Nouriel Roubini unos de los mas destacados economistas de los EEUU.
El fundamento de su miedo: los bancos han entregado las cifras para el tercer trimestre de 2007. Este termina para la mayoría en agosto o septiembre. Desde esa fecha la crisis inmobiliaria se ha agravado. En el cuarto trimestre amenazan rupturas masivas.
La medida exacta de la debacle se conocerá cuando se entreguen las cifras anuales que son vinculantes en la próxima primavera ya que los bancos pueden “chutear” y esconder sus resultados en los balances trimestrales.
Los resultados: después de los fuegos artificiales que presentaron los datos del Índice conductor de los Estados Unidos, el Dow Jones, en los últimos días cayó espectacularmente. Las ayudas en contante de sonante y las bajadas de los intereses de los bancos centrales cayeron como una gota de agua en una piedra al rojo: se esfumaron en la nada.
En las bolsas mundiales el miedo y la desconfianza comenzaron a marcar el ánimo general. Un banquero de Frankfurt profetizó: “Estamos exactamente al comienzo de la segunda ola del tsunami”.
Y sus efectos deberían afectar a sectores mucho más allá de los bancos. El consorcio de seguros AIG de los EEUU anunció una caída de sus ganancias de un 27% en el tercer trimestre. A las “subprime inmobiliarias”, ahora se suman las “subprime” tarjetas de crédito y las “subprime” créditos automotrices con su amenazante riesgo. Si el cliente hipotecario no puede pagar el “dividendo”, tampoco podrá pagar el crédito de su tarjeta y menos la cuota del auto.
Con un precio del barril de petróleo en torno a los 100 dólares y depreciación rasante de la moneda de los Estados Unidos, la economía más grande del mundo está seriamente amenazada de una tormenta y con ella la economía mundial.
En una audiencia en el Congreso el jefe del Banco Central de EEUU (Reserva Federal), Ben Bernake enumeró el jueves pasado los efectos de la crisis: inflación alta; caída del consumo y cifras de crecimiento bajas. Su colega europeo el Jean Claude Trichet tocó la alarma a rebato el mismo día a causa de los “movimientos brutales” del Euro.
Exactamente en esta situación el problema de los bancos se amplía a una crisis de confianza que hace recordar la quiebra de los consorcios Enron y Wordlcom. Ya fue presentada la primera demanda judicial por parte de los inversores.
La contraloría de la Bolsa de Nueva York “huele” prácticas ilegales en la manipulación de los balances y el Fiscal General de Nueva York Andrew Como ya amplió el campo de la investigación en marcha.
En un contraste muy craso está la complejidad del negocio bancario actual con la simplicidad de los motivos que mueven a los actores principales: temeridad y codicia.
Ejemplar es Stan O`Neal: como jefe de Merril Lynch llevó a la empresa a negocios inmobiliarios cada vez más riesgosos. Las transacciones de corto plazo le significaron altos ingresos por las notificaciones por “éxito”. Que el modelo, en general, estaba asentado en arena movediza no debió preocuparle ya que al ser despedido se fue a casa con 162 millones de dólares en el bolsillo.
Para cumplir sus metas de ganancias, los jefes de los bancos y sus agentes postergaron siempre para el futuro el control de los riesgos de los negocios. ¿Que habría pasado si Boeing o el consorcio farmacéutico Johnson y Johnson hubiesen entregado productos con la misma tasa de fallas que los bancos?, preguntó el diario Wall Street Journal burlonamente y concluye: “en Wall Street está todo de cabeza”.
Mientras se acumulan los golpes en otros bancos de EEUU. Morgan Stanley, 3 mil 700 millones de pérdidas. Wachovia: mil cien millones y estas son las cifras de la semana pasada solamente.
Mientras en Wall Street los “brookers” temen que su bono de navidad se esfume, los computadores de la firma de Investigación de Mercado CrediSigths ronronean cargados de trabajo. Los pronósticos para el cuarto trimestre: 5 mil millones 100 para Goldman Sachs; 3 mil 900 para Lehman Brothers y 3 mil 200 para Bear Etearns cuyo jefe, James Cayne está en la lista de “caídos”. También en el banco inglés Barclays se anuncia la crisis.
El fiasco hace rato que llegó a Alemania. A pesar de las pérdidas el Deutsche Bank, el Commerz y el Hypo Real lograron anotar ganancias en el tercer trimestre. Pero ello no significa que la inseguridad haya desaparecido del mercado.
Recién en los balances anuales del cuarto trimestre “todos tienen que bajarse los pantalones” dijo un experto en Gerencia de Riesgos. “Es decir en el cuarto trimestre puede aparecer algo más”. Hasta ahora los alemanes no han valorado las pérdidas en forma tan radical como los otros o como el UBS de Suiza, pero ¿se trata sólo de una cuestión de valoración?.
Banqueros, controladores y Asociaciones financieras discuten agriamente acerca de la valoración de los productos crediticios complejos para los que no existen precios de mercado. Ni la Oficina de control de servicios financieros ni los Controladores de las Finanzas han entregado criterios confiables y seguros. El vacío invita a la cosmética.
Los bancos de los Estados Federales ya anuncian que declaran las “primes” compradas en “paquetes” como operaciones financieras de “largo Plazo” y de esa manera aparecen anotadas en el haber de los balances.
Maniobras conocidas.
La crisis viene y con seguridad y no será menor.
*Publicado el : |2007-11-17|
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