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Economía con Máximo Kinast

UN MÉTODO INFALIBLE PARA LA LABORIOSIDAD

Escribe: Luis Casado

 

Del curioso nacimiento, desarrollo y pertinacia de las teorías que pretenden que el mejor método para aumentar la productividad de los trabajadores consiste en hambrearles, y del papel que jugó en ello la Isla de Más a Tierra en el archipiélago de Juan Fernández

 

 

Un método infalible para la laboriosidad…

 

Dios dijo: “Hay que compartir: los ricos tendrán la comida, los pobres el apetito.” Coluche (1980)

 

La historia de la isla Más a Tierra merece ser conocida, pero no por la estadía de Alexander Selkirk

 

Laboriosidad, así llamaban en el siglo XVII lo que hoy conocemos como productividad, esa terrible inquietud que corroe a los empresarios y a los economistas que ofician de bufones de su corte.

 

Como es sabido, se trata de la intensidad, la aplicación y el entusiasmo con el que un asalariado cualquiera se empeña en trabajar para generar el máximo de riqueza durante las horas que su empleador lo tiene a su disposición a cambio de un salario.

 

El humor negro pretende que los salarios aumentan en proporción directa no a la productividad, sino “al incremento de productividad” que logra alcanzar la mano de obra. De ahí que el milimétrico estudio de las variaciones de productividad ocupe buena parte del tiempo de quienes practican la econometría con una dedicación que hace sospechar que – como todo evangelista de buena madera – predican con el ejemplo.

 

Dejaremos de lado en esta ocasión la muy moderna costumbre que consiste en utilizar a su propia guisa las horas de un trabajador, no a cambio de un salario sino de la posibilidad eventual de un salario, así como el hábito aún más innovador que lleva al empresario a exigirle al trabajador que pague por trabajar.

 

En Chile, el comercio detallista que opera bajo las enseñas Jumbo, Líder, Easy y aún otras, practica este método con entusiasmo: para permitirle – sin contrato alguno – a jóvenes trabajadores – en realidad niños – embalar y poner las compras de los clientes en bolsas y transportar la carga hasta sus respectivos automóviles a cambio de una propina, les cobran parte de la propina, y les venden, muy cara, la pechera que enarbola orgullosamente su logo. No hay lucro pequeño.

 

Abordaremos pues el caso general del trabajador asalariado, sin ocuparnos de la naturaleza del contrato – si es que existe – que le liga directamente o indirectamente a su empleador.

 

Como queda dicho, la cuestión de la laboriosidad de esos trabajadores inquieta a las almas sensibles desde tiempos inmemoriales. Baste con decir que en el desorden de descabelladas teorías elaboradas por los economistas para explicar el nivel de salarios y el desempleo – teorías en las cuales el ser humano no tiene otro horizonte, ni otra dimensión, ni otras relaciones que las estrictamente ligadas a la producción y al comercio de lo producido – los trabajadores son descritos como seres cuya principal motivación es el ocio.

 

Ese curioso tropismo, el ocio, es designado en la jerga de los expertos como utilidad. El trabajador, que en este caso sería más oportuno designar bajo la denominación de ocioso, busca maximizar su utilidad, o sea reposarse la mayor parte posible del día.

Trabajar pues, es desútil, a menos que intervenga alguna razón, una motivación, una coacción, una coerción o una obligación de abandonar su ocupación preferida que es el ocio.

 

La cuestión esencial de cara a la mano de obra reside pues, primeramente, en cómo hacerles trabajar, y luego en cómo sacar de ellos el máximo provecho aumentando hasta dónde sea posible su laboriosidad.

 

Al respecto, muy desafortunadamente, la historia de Chile ha olvidado algunos meritorios episodios que ejercieron una influencia notable en el pensamiento y en la práctica política y social de los países del llamado Primer Mundo, y por vía de consecuencia en el nuestro.

 

Uno de ellos, que parece haber tenido una influencia decisiva en la reflexión de los expertos que me propongo citar en estas líneas, tuvo lugar en el archipiélago de Juan Fernández, más precisamente en la isla de Más a Tierra, rebautizada en el año 1966 como isla de Robinson Crusoe por el presidente Eduardo Frei Montalva en tributo al personaje de la novela de Daniel Defoe, escritor inglés que vivió entre los siglos XVII y XVIII.

 

Chile, país que le regatea homenajes a sus hijos más ilustres – del Rucio, dirigente sindical de los obreros masacrados en la Escuela Santa María de Iquique (1907), a Gabriela Mistral, de Luis Emilio Recabarren a Violeta Parra, de Clotario Blest a Pablo Neruda – fue generoso con Daniel Defoe, un tipo que escribió una obra titulada “Dar Limosna no es Caridad, y Emplear a los Pobres es hacerle Daño a la Nación” (Daniel Defoe. “Giving Alms No Charity, and Employing the Poor a Grievance to the Nation”. 1704).

 

Iniciando – seguramente sin prever las consecuencias – una bio-invasión que ha terminado por destruir el eco sistema de la isla, Juan Fernández desembarcó ganado caprino en Más a Tierra, ganado que se reprodujo a tal punto que constituyó una fuente de alimento para los corsarios ingleses que dañaban el tráfico español.

 

Ya en aquella época el “dulce comercio” cuyo efecto natural según Montesquieu (De l’Esprit des Lois. 1748) es el de aportar la paz, generaba guerra, piratería, pillaje, esclavismo, genocidios y otras consecuencias cuya pertinacia dura hasta nuestros días

Para destruir las cabras y eliminar esa fuente de alimentos para los odiados ingleses, se cuenta que los españoles habrían desembarcado una pareja de perros que, multiplicándose, redujeron la población caprina. Este hecho no está autentificado por ninguna investigación efectuada en el lugar. Sin embargo, Joseph Towsend, médico y clérigo británico, dedujo de este ejemplo algunas ideas que aplicó a las leyes que protegían a los pobres en los albores de la Revolución Industrial inglesa.

 

En la Inglaterra de esa época se llamaba “pobre” a quién no fuese suficientemente rico para vivir sin trabajar, o sea al pueblo, y en particular a los desempleados y a los discapacitados.

 

En su Disertación sobre las Leyes de los Pobres, Joseph Towsend escribió:

 

“El hambre domará a los animales más feroces, le enseñará la decencia y la civilidad, la obediencia y la sujeción a los más perversos. En general solo el hambre puede espolear y picanear a los pobres para hacerlos trabajar; y no obstante nuestras leyes dicen que hay que protegerles del hambre. Las leyes, lo confieso, también dicen que hay que forzarles a trabajar. Pero la obligación legal trae desordenes, violencia y ruido; engendra la mala voluntad y no puede producir un servicio bueno y aceptable, mientras que el hambre no es solo un medio de presión pacífico, silencioso y constante, sino que como es el móvil más natural para la laboriosidad y el trabajo, suscita el esfuerzo más potente” (Joseph Towsend. “Dissertation on the Poor Laws”. 1786).

 

El texto de este bondadoso clérigo no tenía por objeto la simple especulación filosófica, sino ponerle término a las leyes establecidas por la corona británica en beneficio de los miserables.

 

De ahí que haya enviado su ensayo al Parlamento, rogando tal vez que con la ayuda de Dios y la Divina Providencia, sus argumentos fuesen escuchados. Tal parece que fue el caso, visto que años más tarde (1834) el Parlamento del Reino Unido aprobó la Poor Law Amendment Act (PLAA), ley basada en el principio que toda ayuda a los pobres es perniciosa.

 

En todo caso quién le escuchó muy atentamente fue el conocido economista Thomas Robert Malthus, de quién volveremos a hablar.

 

André Pichot, investigador contemporáneo del Centro Nacional de la Investigación Científica de Francia (CNRS), sostiene que Joseph Towsend también tuvo una gran influencia sobre el célebre naturalista Charles Darwin.

 

Según Pichot, fue un fragmento de la Dissertation on the Poor Laws la que le sugirió a Darwin el mecanismo de la selección natural. Helo aquí:

 

“En los mares del sur hay una isla, llamada con el nombre de su descubridor, “Juan Fernández”. En ese lugar aislado, Juan Fernández instaló una colonia de cabras, compuesta de un macho asistido por su hembra. Esta feliz pareja, habiendo encontrado pasto en abundancia, pudo obedecer con solicitud al primer mandamiento de crecer y multiplicarse, hasta que, al cabo de un cierto tiempo, abarrotó esta pequeña isla. Durante todo ese período, esos animales no conocieron ni la miseria ni la carencia, y parecían glorificarse de su cantidad. Pero, a partir de un desdichado momento, comenzaron a sufrir hambre. Sin embargo, continuaron a aumentar su número durante algún tiempo y, si hubiesen estado dotados de razón, hubiesen debido temer el llegar a la hambruna. En esta situación, los más débiles sucumbieron primero, y la abundancia fue restaurada. De ese modo, esos animales fluctuaron entre la felicidad y la miseria, ya sufriendo de la carencia, ya alegrándose de la abundancia, según que su número aumentaba o disminuía, nunca estable, pero siguiendo siempre de cerca la cantidad de alimento. (…) Cuando los españoles se dieron cuenta de que los armadores ingleses utilizaban esta isla para abastecerse, decidieron exterminar totalmente las cabras, y para ello desembarcaron en la playa un perro y una perra. Estos, a su vez, crecieron y se multiplicaron, en proporción a la cantidad de alimento que encontraron; y, por consiguiente, como habían previsto los españoles, las cabras que les servían de alimento disminuyeron. Si hubiesen desaparecido totalmente, los perros también hubiesen muerto. Pero como muchas cabras se retiraban a escarpados roqueríos dónde los perros no podían seguirlas, y bajaban a los valles sólo durante cortos intervalos para alimentarse con temor y compostura, sólo las negligentes e irreflexivas fueron presa de los perros; y sólo los perros más atentos, más fuertes y más activos pudieron encontrar alimento suficiente. Así se estableció una nueva suerte de equilibrio. Los más débiles de las dos especies fueron los primeros en pagarle su deuda a la naturaleza; los más activos y vigorosos preservaron su vida”.

 

Si uno acepta una interpretación extremadamente simplificada, o vulgar, de las teorías de Darwin, también puede aceptar un parecido con el mecanismo de la selección natural elaborado más tarde por el científico inglés (Charles Darwin. “On The Origin of Species, by Means of Natural Selection”. 1859).

 

Lo claro es que Towsend utiliza este ejemplo para argumentar que las “leyes de la naturaleza”, o las relaciones “naturales” entre diferentes poblaciones o clases sociales, bastan para crear espontáneamente un equilibrio en el que cada cual encuentra satisfacción.

 

Como quiera que sea, Joseph Towsend encuentra en este tipo de reflexión los argumentos que le llevan a afirmar que el hambre es el mejor estímulo a la laboriosidad de los trabajadores:

 

“…el hambre no es solo un medio de presión pacífico, silencioso y constante, sino que como es el móvil más natural para la laboriosidad y el trabajo, suscita el esfuerzo más potente”.

 

De ahí en adelante, los economistas y otros hombres de bien afirmaron, y afirman hasta el día de hoy, que es el auxilio a los pobres lo que crea la pobreza, que son las ayudas a los desempleados lo que crea el desempleo, que no hay peor mal que el que consiste en darle de comer al hambriento, que darle trabajo al cesante – como parte de las misiones del Estado – contribuye a la ruina de la sociedad, concluyendo – como Joseph Towsend – que no hay mejor estímulo para la productividad de los miserables que el hambre.

 

Donde se constata que del Pacífico Sur a la City hay sólo un paso

 

En los albores de la industrialización, en el siglo XVIII, cuando el capitalismo nacía chorreando sangre y lodo por todos sus poros, millones de campesinos y labriegos ingleses fueron expulsados de sus tierras y viviendas, y fueron obligados a migrar a las ciudades en donde se hacinaron en una miseria tan indescriptible que se aprobaron algunas leyes para protegerles, las llamadas Poor Laws de las que hablamos más arriba, y que fueron el objeto de la Disertación de Towsend.

 

A propósito de las leyes sobre los pobres, Towsend escribía en el año 1786:

 

“Esas Leyes, tan hermosas en teoría, promueven los males que entienden remediar, y agravan las aflicciones que pretenden aliviar”.

 

En opinión de Towsend la ayuda a los pobres no hacía sino aumentar el precio del trabajo y, con una lógica muy propia de quienes no viven con el salario mínimo, afirmaba:

 

“Allí donde el precio del trabajo es más alto y el precio de los alimentos es más barato, allí es donde la tasa de pobreza es más exorbitante”.

 

Towsend agregaba que la tendencia natural de las Leyes que ayudan a los miserables es:

 

“incrementar el número de pobres, y ampliar grandemente los límites de la miseria humana”, “…porque, ¿qué estímulo tienen los pobres para ser industriosos y frugales, (…) o qué temor van a tener cuando están seguros de que si su indolencia y su extravagancia, su alcoholismo y sus vicios les reducen a la miseria, serán abundantemente provistos no solo con comida y ropas sino también con sus lujos habituales con cargo al prójimo?”

 

Es un razonamiento que escuchamos frecuentemente en la boca de los economistas, de algunos políticos contemporáneos, de los expertos y otros irresponsables: la reducción de las prestaciones sociales, especialmente de las que están ligadas al seguro de desempleo que pagan los propios trabajadores, tiene que ver con esto.

 

Un asalariado que dispone de algunos recursos no está suficientemente incentivado para buscar trabajo. Hay que privarlo pues de todo ingreso para obligarle a buscarlo, como si el hecho de buscar empleo lo crease. Poco importa que si la tasa de desempleo ha aumentado a niveles raramente vistos es precisamente porque hay una masa gigantesca de trabajadores buscando empleo.

 

Claudia Serrano, ministro del Trabajo (2008-2010) de la presidente Michelle Bachelet, pareció haberlo entendido a cabalidad: como las cifras del paro fueron catastróficas en el trimestre febrero-abril de 2009 le pidió publicamente a los trabajadores chilenos no salir a buscar empleo. ¿Para evitar empeorar las estadísticas del desempleo? Sus declaraciones merecen figurar en una antología:

 

"…a quienes no están apremiados, o cuyos cónyuges e hijos tienen tranquilidad en materia de empleo, que no presionen el mercado laboral saliendo a buscar nuevos empleos porque eso hace más difíciles las cosas"… "Si no es estrictamente necesario, no es la recomendación de partir por primera vez y activarse a buscar empleo en un momento en que no se está generando mucho nuevo empleo en el sector trabajo…(sic)." (Agencia UPI – Santiago, 28 de mayo de 2009).

 

Volviendo a los edificantes textos que sentaron las bases de las teorías actualmente dominantes, es útil citar a Sir Frederick Morton Eden (1766-1809), escritor inglés e investigador social calificado como el más grande experto de su época sobre la legislación que protegía a los pobres.

 

Refiriéndose a un supuesto derecho a obtener un empleo o una ayuda de subsistencia cuando no se es apto al trabajo, puntualizaba:

 

“…se puede dudar si cualquier derecho, cuya satisfacción parece impracticable, pueda en verdad existir”

.

Y agregaba:

 

“En líneas generales parece haber fundadas razones para concluir que el bien que se puede esperar de la asistencia a los pobres será aniquilado por los males que inevitablemente eso va a crear”.

 

Good old Joseph Towsend!

 

Sus ideas –declaradamente destinadas al bienestar de Inglaterra– se esparcieron y prosperaron profusamente entre las gentes de bien.

 

Algo más tarde, uno de sus seguidores, el conocido economista Thomas Robert Malthus decía a propósito de la ayuda a los pobres:

 

“Se puede decir que la ayuda a los pobres crea los pobres que ayuda”.

 

(Thomas Robert Malthus. “Ensayo sobre los principios de la población”. Libro III, capítulo VI).

 

Todo esto entre los siglos XVII y XVIII, gracias a nuestro amigo Juan Fernández y la isla de Más a Tierra.

 

Donde aprendemos que es mejor que los pobres sean ignorantes… y los ignorantes sean pobres

 

Se ve que la brillante idea de eliminar – o de reducir significativamente – la enseñanza de la Historia en nuestro sistema educativo está asentada en poderosas razones: ¿cómo si no interpretar la proposición – en el curso del segundo semestre de 2010 – del Ministerio de Educación, de reducir significativamente las horas de Historia en la enseñanza Básica y Media?

 

Si Joseph Towsend tuvo precursores y seguidores entre los cuales se cuentan Daniel Defoe y Thomas Robert Malthus, no faltaron los que tuvieron el coraje, la lucidez, o bien ambos, para estimar que los “pobres” jugaban un papel muy diferente al que le adjudicaron estos benefactores de la Humanidad que formaban parte de la auto llamada “sociedad”.

 

Entre ellos John Bellers, cuáquero inglés (1654-1725), que en 1696 escribía:

 

“Si alguien tuviese mil fanegas de tierra, y otras tantas libras de dinero, y de ganado, ¿qué sería este hombre rico sin el trabajador sino un simple trabajador? Y habida cuenta que son los trabajadores los que hacen los ricos, mientras más hay de los primeros, más habrá de los otros… el trabajo del pobre es la mina del rico.” (John Bellers. “Proposals for Raising a College of Industry of All Useful Trades and Husbandry” - 1695. Citado por Karl Marx en El Capital, Libro I, séptima sección, Capítulo XXV).

 

Desde luego no todos hacían gala de tanta generosidad. Otros autores se solazaban en una suerte de cinismo arrogante, o de altiva franqueza.

 

Karl Marx cita a Bernard de Mandeville, filósofo, médico, economista político y satírico (Países Bajos 1670 - Inglaterra 1733), autor de la célebre “Fábula de las Abejas o los Bribones devenidos Gentes Honestas”.

 

En ese conocido texto, Mandeville afirma lo que sigue:

 

“Allí dónde la propiedad está suficientemente protegida, sería más fácil vivir sin dinero que sin pobres, porque ¿quién haría el trabajo?... Si no hay que hambrear a los trabajadores, tampoco hay que darles tanto que valiese la pena tesorizar. Si aquí o allí, apretándose el cinturón y a fuerza de una aplicación extraordinaria algún individuo de la clase ínfima se eleva por encima de su condición, nadie debe impedírselo. Por el contrario, no podríamos negar que llevar una vida frugal sea la conducta más sabia para cada particular, para cada familia tomada separadamente, pero no es el menor interés de las naciones ricas el que la gran mayoría de los pobres nunca esté inactiva y gaste siempre sus haberes… Aquellos que ganan su vida con su labor cotidiana no tienen otro incentivo para ser acomedidos que sus necesidades que es prudente aliviar, pero que sería una locura satisfacer. La única cosa que puede hacer laborioso al hombre de esfuerzo, es un salario moderado. Según su temperamento un salario demasiado bajo lo desalienta o lo desespera, un salario demasiado elevado lo hace insolente o perezoso… De lo que precede resulta que, en una sociedad libre en dónde el esclavismo está prohibido, la riqueza más segura consiste en la multitud de pobres laboriosos… Para que la sociedad (que evidentemente se compone de no-trabajadores) sea feliz y el pueblo esté contento incluso de su penosa suerte, es necesario que la gran mayoría permanezca tan ignorante como pobre. Los conocimientos desarrollan y multiplican nuestros deseos, y mientras menos desea un hombre, más fáciles de satisfacer son sus deseos.” (Bernard de Mandeville. “The Fable of the Bees.” 5ª Ed. 1728. Citado por Karl Marx. Op. cit.).

 

Cualquier parecido con los objetivos perseguidos por el movimiento estudiantil chileno con relación a la Educación, a su financiamiento, a su calidad, y al papel que debe jugar en ella el Estado en cuanto portador de la voluntad y del interés general, no es pura coincidencia.

 

Quienes aguerridamente se oponen a una Educación pública, laica y gratuita, y quienes lucran desvergonzadamente con la educación privatizada (¿no son los mismos?), están claramente inspirados por esa deliciosa frase de Bernard de Mandeville:

 

“Para que la sociedad (que evidentemente se compone de no-trabajadores) sea feliz y el pueblo esté contento incluso de su penosa suerte, es necesario que la gran mayoría permanezca tan ignorante como pobre.”

 

¿Cómo hacemos entrar en estos razonamientos la tan mentada ley de la oferta y la demanda?

 

¿De qué manera integramos los patéticos discursos acerca de la productividad o de la competitividad? O aún, para no dar la impresión que es un tema menor, ¿las manipulaciones estadísticas?

 

Toda la elaboración teórica de la economía estándar tiene sus raíces en una reflexión en la que las relaciones de dominación predeterminan el resultado final. In fine, como vemos, todo se resume a una relación de fuerzas entre capitalistas y trabajadores.

 

De Más a Tierra al neoliberalismo y al pensamiento único

 

Jean-Baptiste Say, economista francés (1767–1832), uno de los principales exponentes y defensores del Laissez-faire, es decir de la dominación del mercado como único mecanismo de regulación de los precios y por ende de los salarios, llegó a escribir:

 

“Los ahorros de los ricos se hacen a costa de los pobres” (Citado por Karl Marx. Op. cit. Séptima sección, Capítulo XXIV).

 

Jean de Sismondi, historiador, ensayista político y economista suizo (1773–1842), fue aún más lejos cuando declaró:

 

“Se podría decir que la sociedad moderna vive a costas del proletario, de la parte que extrae de la recompensa de su trabajo.” (Jean de Sismondi. Estudios… t. 1. Citado por Karl Marx. Op. cit.).

 

La sociedad moderna vive pues a costas del proletario, ese que, en el interés de la “sociedad”, conviene hambrear porque el hambre es el estímulo más eficiente para su laboriosidad, para su productividad.

 

La lección que entregaran Joseph Towsend y sus contemporáneos fue muy bien aprendida. Ella ha sido enseñada a lo largo de siglos, y hasta el día de hoy, en las escuelas de economía, de administración pública y de negocios del mundo entero.

 

Generaciones de responsables políticos y empresarios han vivido y viven convencidos de que no pueden existir derechos para los trabajadores. Mejor aún, si son pobres – ¿cómo podrían no serlo? – el ayudarles no solo no sirve sino que empeora su situación y contribuye a aumentar la pobreza.

 

Como queda dicho, los salarios altos y los precios bajos solo traen miseria.

 

Esta visión pasa por ser parte esencial de la “modernidad” y constituye el motivo esencial de las reformas que buscan aumentar la “flexibilidad del mercado del trabajo”, propósito que en Chile han promovido Alejandro Foxley, Harald Beyer y Ricardo Solari, para nombrar solo a sus más destacados defensores.

 

Hace unos años (2002), el conocido economista neoliberal francés Michel Godet escribió un artículo en el diario parisino "Libération" en el que afirma que la ley de la oferta y la demanda también se aplica al mercado laboral. Por eso, dijo:

 

"Mientras más barato es el costo global del trabajo, más empleo ofrecen los patrones, mientras más caro es el trabajo, más se automatiza, se subcontrata, o se deslocaliza".

 

Michel Godet no explica cómo, a pesar de los salarios miserables que se pagan en el Tercer Mundo, no se elimina el desempleo en los países subdesarrollados ni crece exponencialmente en los países de más altos salarios como Alemania, Francia o los EEUU.

 

En la actualidad, en plena crisis financiera de ámbito planetario y particularmente europea, España, que tiene uno de los salarios mínimos más bajos de la Zona Euro, aporta el 50% del desempleo de toda Europa. ¿Dónde queda el razonamiento de Monsieur Godet? Sin duda encontrará buenas explicaciones ex post: a posteriori los economistas siempre tienen una.

 

Siempre según el eminente Monsieur Godet:

 

"La competitividad internacional impone remunerar los factores de producción a su valor internacional".

 

Desde ese punto de vista los salarios chilenos, incluyendo el salario mínimo, están demasiado altos: eso es lo que crea el desempleo y la miseria.

 

Si el “valor internacional” del trabajo –factor de producción sin el cual no hay creación de riqueza posible– es el de los trabajadores del sector manufacturero chino, o sea unos 80 centavos de dólar la hora (470 pesos chilenos al cambio actual), el Fondo Monetario Internacional tiene toda la razón del mundo: el salario mínimo y los costes de despido en Chile están muy altos.

 

Más adelante volveré sobre esta curiosa afirmación.

 

Para los incompetentes burócratas del FMI (o rufianes pagados a precio de oro, como los ex Directores-gerentes Rodrigo Rato y Dominique Strauss-Kahn), es necesario y urgente mejorar la competitividad de Grecia, España, Portugal, Irlanda y otros países europeos, mediante el sencillo expediente que consiste en comprimir los salarios, y en un sentido general, todos los costes salariales, para no hablar de la eliminación de los servicios públicos, la privatización del patrimonio público, la reducción de las prestaciones sociales y de todo lo que se parezca a un elemento desestimulante para la laboriosidad de los ociosos, cuya principal utilidad consiste en no hacer nada.

 

Si el Estado no debe ayudar a los ociosos, y aún menos intervenir para crear empleo – ya vimos que según Daniel Defoe, Joseph Towsend, Thomas Malthus y otros eminentes economistas eso es contraproducente – lo curioso es que el trabajador tampoco puede esperar nada de la empresa privada. Porque según Monsieur Michel Godet:

 

"Las empresas no están ahí para crear empleo, sino riquezas".

 

El sueño del empresario moderno, formado en estas teorías, consiste en ganar dinero sin darle trabajo a nadie. Si Serge Tchuruk, patrón de Alcatel, soñó con llegar a disponer de un imperio industrial sin fábricas y sin empleados, el mundillo de la comunidad financiera logró crear dinero a partir del dinero – incluso a partir de la ausencia de dinero – sin producir nada, ni siquiera servicios financieros.

 

En el año 2001, el fantasioso Serge Tchuruk anunció lo que parecía completamente loco y que al final terminó en una catástrofe: el sueño de una empresa sin fábricas. Siete años más tarde, Alcatel, que había fusionado entretanto con la empresa estadounidense Lucent, no era sino la sombra del imperio que quería ser. Ya en el 2003 Alcatel anunciaba 5 mil millones de euros de pérdidas y la supresión de 30 mil empleos. En agosto del 2008 Alcatel comunicó más de mil cien millones de euros de pérdidas para el segundo trimestre del año, su sexto trimestre de pérdidas consecutivas. Serge Tchuruk, que había aumentado su propio salario de manera escandalosa mientras las acciones del grupo estaban en caída libre, recibió 6 millones de euros para dejar su cargo de Presidente ejecutivo. ¿Para estimular su laboriosidad?.

 

De ese modo – eliminando a los trabajadores – el gran capital se economiza hasta la preocupación de estimular la laboriosidad de los ociosos… Queda por determinar cómo crear riqueza sin el precioso concurso de la mano de obra cuya labor es su única fuente. Adam Smith, David Ricardo, Karl Marx, Friedrich Engels y hasta John Maynard Keynes confesarían su perplejidad.

 

El inenarrable Fondo Monetario Internacional pone su granito de arena

 

Del Fondo Monetario Internacional se pueden decir muchas cosas, pero ciertamente no se le puede acusar de falta de perseverancia – hay quién utilizaría la palabra pertinacia – como queda en evidencia cuando se examinan algunos sabrosos episodios de nuestra propia historia reciente.

 

En diciembre del 2003, como cada año, el FMI le hizo llegar sus consejos al gobierno de Chile. El Fondo Monetario Internacional elogiaba las políticas en curso pero exigió hacer aun más flexible el mercado del trabajo y llamó a las autoridades chilenas:

 

“A explorar el tema de los costes de despido que aparecen muy altos vistos desde una perspectiva internacional, así como a limitar los aumentos del salario mínimo, en particular para los trabajadores jóvenes.”

 

Si menciono los consejos del FMI del año 2003 es porque al mismo tiempo Dick Grasso – presidente de la Bolsa de New York que contribuyó poderosamente a su hundimiento – recibió en premio un bono equivalente a setenta y siete mil años de salario mínimo chileno (770 siglos), y 48 millones de dólares más como indemnización de despido.

 

El FMI tenía razón: los costes de despido estaban muy altos. Y siguen altos: cuando debieron dejar sus cargos, los facinerosos que hundieron la banca española (y europea) se auto adjudicaron decenas de millones de euros cada uno, a título de indemnizaciones de despido.

 

Los Tribunales españoles tienen ante sí décadas de procesos por incuria, malversación y corrupción que incluyen a un connotado ex Director-gerente del FMI, el inenarrable Rodrigo Rato, cuyo talento contribuyó poderosamente al hundimiento de Bankia, banco rescatado luego con decenas de miles de millones de euros de dinero público. Lo mismo ocurre – sigue ocurriendo – con JP Morgan en los EEUU, y con Barclays en Gran Bretaña, para no hablar de HBSC, involucrado en el lavado de miles de millones de dólares del narcotráfico mexicano. La laboriosidad de los banqueros es infinita y no necesita ser estimulada.

 

Por otra parte, refiriéndose a los salarios, el informe de 2003 del FMI (en plena presidencia de Ricardo Lagos) decía:

 

“Las autoridades (chilenas) indicaron que están examinando formas de reducir los costes de despido... También anotaron que un estudio patrocinado por el BID (Banco Interamericano de Desarrollo) mostró que el aumento del desempleo en los últimos años es mayormente cíclico, pero fue agravado por... el nivel del salario mínimo, que ha sido fuertemente aumentado durante los años 1998-2000”. (Informe de consultas sobre el Capítulo IV - 2003. Fuente: FMI).

 

Según las autoridades chilenas – encabezadas por Ricardo Lagos – respaldadas por un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo, el culpable del desempleo era el fuerte aumento del salario mínimo al que había accedido el gobierno precedente, o sea el de Eduardo Frei Ruiz-Tagle.

 

Al asumir su cargo, el ministro de Hacienda Nicolás Eyzaguirre ya le había echado la culpa a Frei Ruiz-Tagle cuando aseguró que:

 

“Hubo un cierto exceso de gasto fiscal durante los últimos tres años" lo que "debilitó los fundamentos de la economía" (Louis Casado: Intervención en la Asamblea General de la Confederación Minera de Chile. Bahía Inglesa. 6-8 de abril de 2010).

En el siglo XVII como ahora, en pleno siglo XXI, los culpables de la pobreza y del desempleo son los altos salarios y las ayudas que reciben los pobres. Alain Minc, neoliberal francés asesor de las grandes multinacionales y consejero de gobiernos obedientes, dice en efecto que:

 

“El exceso de remuneración de unos crea el desempleo de otros” (Louis Casado. Op. cit.)

 

A quienes piensen que las teorías de Joseph Towsend y sus seguidores cayeron en el olvido o son cosa del pasado, es necesario recordarles las palabras de Nina Easton – periodista estadounidense y Jefe del Bureau de Fortune Magazine en Washington – en la columna que publicó en enero de 2010 en el conocido semanario estadounidense TIME Magazine.

 

El título de su nota lo dice todo:

 

“Un Límite a la Compasión. El Congreso sigue extendiendo los beneficios para los desempleados. ¿Y si eso solo prolongase el desempleo?” (Nina Easton. TIME Magazine del 25/01/2010. “A Limit to Compassion. - U.S. Congress keeps extending jobless benefits. But what if that only prolongs unemployment?”).

 

Con motivo de la gigantesca crisis financiera de los créditos subprime que estalló el año 2008 y que tuvo entre otras consecuencias la de echar a la calle a millones de familias norteamericanas que perdieron su hogar, TIME Magazine publicó en marzo de 2010 una nota de Justin Fox, conocido columnista del semanario yanqui, que condena la ayuda que el Estado Federal le otorga a las familias pobres que desean conservar o comprar su vivienda:

 

“Porque si tienen casa propia pierden movilidad para ir a buscar trabajo a cualquier parte”(sic).

 

Otro argumento utilizado contra los subsidios que facilitan el acceso a una casa propia por parte de los miserables en los EEUU tiene que ver con que “eso genera una demanda excesiva de vivienda y por consiguiente un aumento de su precio”, lo que naturalmente es pernicioso para los hogares modestos (Justin Fox. TIME Magazine).

 

Donde vemos que los trabajadores son ociosos y haraganes, y que darles trabajo contribuye a la inestabilidad de la economía

 

Como puede verse, los ricos, los extremadamente ricos y sus sirvientes, se inquietan de la simple posibilidad de que se ayude o se les otorguen derechos a los trabajadores… porque eso es malo para los trabajadores.

 

Si al menos a cambio de tanto desvelo y tanta generosidad los trabajadores fuesen empeñosos, laboriosos, productivos, no haraganeasen y justificasen el salario que se les paga...

 

Lamentablemente no es el caso.

 

Según las teorías que enseñan en Harvard, en la Universidad de Columbia o en la Escuela de Negocios Adolfo Ibáñez, el trabajador es haragán por excelencia. Un ocioso.

 

Joseph Stiglitz –pseudo premio Nobel de economía 200–  publicó en 1984 una teoría del desempleo en la American Economic Review, y tituló su artículo muy precisamente:

 

“El desempleo de equilibrio como una herramienta disciplinaria para los trabajadores” (J. Stiglitz y Carl Shapiro. American Economic Review. “Equilibrium unemployment as a worker discipline device.” 1984).

 

En su nota, después de hacer algunas consideraciones sobre los salarios, Stiglitz y Shapiro dicen:

 

“Con el desempleo, aun si todas las firmas pagan los mismos salarios, un trabajador tiene una incitación para no sacar la vuelta. Puesto que si es despedido, un individuo no encontrará inmediatamente otro empleo. La tasa de desempleo debe ser suficientemente elevada para que sea benéfico para los trabajadores trabajar en vez de correr el riego de ser sorprendidos sacando la vuelta”.

 

Repitamos en coro el mantra de Joseph Stiglitz, economista “progresista” donde los haya:

 

“La tasa de desempleo debe ser suficientemente elevada para que sea benéfico para los asalariados trabajar en vez de correr el riego de ser sorprendidos sacando la vuelta”.

 

¿Basta con lo que precede? No.

 

Aun cuando no haraganeen, aunque sean muy esforzados y laboriosos, muy productivos, darle trabajo a todos los asalariados lleva consigo un pequeño problema, un simple detallito: el pleno empleo tiene efectos inflacionarios. Por eso pretender al pleno empleo – es decir darle trabajo a todos los que desean trabajar y que por consiguiente buscan trabajo – es un atentado contra los equilibrios económicos, y en particular contra la estabilidad de los precios.

 

Al respecto, permítaseme una pequeña alforza al tema central de esta nota, cual es el de la laboriosidad, o productividad de los trabajadores.

 

La inflación… ¿Es mala? Eso pretenden algunos economistas. Entre ellos quién firma como Doctor en Economía, el progresista Gonzalo Martner, que en su opus magnus “Turbulencias económicas”, difundido en julio de 2008, sostiene:

 

“La inflación es regresiva –afecta más a los que viven de un salario o de ingresos esporádicos”.

 

Esa visión de Martner debiese llevarnos a concluir en que el único mandato del Banco Central (y de todos los Bancos Centrales del mundo, casi sin excepción), que se refiere precisamente a la inflación, se debe a que quienes definieron sus estatutos no tenían in mente sino “a los que viven de un salario o de ingresos esporádicos”. Lo que está muy lejos de la verdad y dista mucho de haber sido demostrado.

 

La realidad es que quienes son más afectados por la inflación son los poderosos, los rentistas, los agiotistas, los usureros. La inflación, en el mediano y largo plazo tiende a hacer desaparecer las deudas, las contractadas por los consumidores desde luego, pero también las referidas al endeudamiento público, las deudas del Estado.

 

Esa es la razón por la cual los mandatos de casi todos los Bancos Centrales del mundo, con la notable excepción de la FED – el Banco Central de los EEUU, cuyo mandato se extiende al empleo – se limitan a la lucha contra la inflación.

 

Para premunirse de la desvalorización de los créditos otorgados al consumidor, y de los precios expresados en moneda nacional, los artistas de la dictadura inventaron en Chile la UF (unidad de fomento), moneda paralela y engendro inflacionista que los gobiernos de la Concertación, incluyendo el gobierno de Lagos en el cual Martner ejerció responsabilidades no despreciables, se cuidaron muy bien de no hacer desaparecer.

 

La degradación del poder adquisitivo de los salarios que provoca la inflación encontró una respuesta en la Europa conservadora: el reajuste automático de salarios, mecanismo que hicieron desaparecer los gobiernos social demócratas en la década de los 80 con el pretexto de… luchar contra inflación.

 

Gracias a lo cual, en los últimos 20-30 años, con la inflación controlada, los asalariados franceses y alemanes no constataron ninguna progresión real de sus salarios, mientras que la parte de la remuneración del capital aumentó en casi 10 puntos porcentuales del PIB (sustraídos a la remuneración del trabajo), lo que para Francia da la impresionante cifra de 200 mil millones de Euros cada año.

 

Como he mencionado en otros trabajos, hasta la OCDE terminó por darse cuenta, o por abrir los ojos, y declaró en un estudio reciente:

 

“Estos tres últimos decenios, la parte del ingreso nacional constituida por los salarios y elementos accesorios del salario – la parte del trabajo – ha disminuido en la casi totalidad de los países de la OCDE.” (Perspectives de l’Emploi de l’OCDE 2012. Louis Casado: “La economía chamánica”. 12 de julio de 2012).

 

En nuestros días, en los que la crisis del euro llena las primeras páginas de la prensa y los noticieros televisados – crisis que ha acelerado la pauperización de decenas de millones de trabajadores europeos¬ – hay quién osa, ¡por fin!, poner en duda el dogma de la “inflación mala”, ese dogma que Gonzalo Martner aprendió de memoria, sin buscar razonar un poco.

 

Jacques Sapir, entre otros, pone en duda la sabiduría de quienes sostienen que la mejor inflación es la que tiende a cero. En todos los países. Con un argumento de una sencillez bíblica, que expone consecuencias dramáticas de cara a la estabilidad de la economía Europea y mundial: ¿Cómo es posible pretender que economías tan disímiles como la española y la alemana, la griega y la francesa, la chilena y la de los EEUU, puedan sostener tasas de inflación similares? (Jacques Sapir. “Faut-il sortir de l’euro?”. Ed. Seuil. Paris, janvier 2012).

 

Me propongo encontrar el tiempo y el modo de profundizar este tema, pero volvamos entretanto a lo que nos ocupa presentemente.

 

Allá por el año 1940 se consideraba que una baja tasa de desempleo se situaba en torno al 2%. En el año 2010, según la Federal Reserve (FED), el Banco Central de los EEUU, esa cifra se sitúa en el 6,2%.

 

La FED inventó un índice: la Tasa de Desempleo Necesaria para Limitar la Inflación. Nótese que esa tasa de desempleo es de un 6,2% y es “necesaria” (NAIRU o “Non Accelerating Inflation Rate of Unemployment”).

 

De modo que para mantener el desempleo en un nivel considerado catastrófico hace algunas décadas, disponemos ahora de dos buenos argumentos: el de Joseph Stiglitz, y el de la Reserva Federal.

 

Con el evidente propósito de evitar, en su propio beneficio desde luego, que los ociosos haraganeen, y de reducir la inflación en beneficio de los trabajadores – ¡faltaba más! – Martner dixit.

 

Estos son los razonamientos de quienes tienen en sus manos los destinos de la Humanidad…

 

Desafortunadamente, según las estadísticas con las que nos convencen en Chile de que todo va bien, nos estamos acercando peligrosamente al límite del NAIRU.

¡Puedan los cielos impedir que la pujante economía chilena no llegue al pleno empleo!

 

Donde se muestra que se puede ganar dinero sin producir nada

 

En todo caso en los EEUU hacen todo lo posible por mantener una alta tasa de cesantía. La edición del 15 de julio de 2012 de Nation of Change publica una nota en la que Dave Johnson, miembro del Institute for the Renewal of the California Dream, sostiene lo que sigue:

 

“Aunque tenemos actualmente millones de empleos disponibles y nadie contrata a nadie para ocuparlos, hay quién pretende que los desempleados son de alguna manera responsables de su propio desempleo, o alegan que hay razones “estructurales” para ello. Dicen que tendremos que acostumbrarnos a un alto desempleo, que es una “nueva normalidad”, y que no debiésemos hacer ningún esfuerzo para resolver esta cuestión porque no podemos” (Dave Johnson. “Jobs Emergency Hollowing out the Middle Class”. Nation of Change, 15/07/2012-http://www.nationofchange.org/jobs-emergency-hollowing-out-middle-class-1342360648)

 

Dave Johnson estima que sólo los trabajos necesarios para modernizar las obsoletas y envejecidas infraestructuras estadounidenses podrían crear cientos de miles de empleos, pero… ¿a quién le importan las infraestructuras públicas en un país dominado por las ansias de ganancias rápidas obtenidas sin producir ni un cacahuete?

 

El sector financiero no ha cesado de aumentar la parte que obtiene de la masa global de beneficios industriales, parte que no guarda ninguna relación con los servicios que la “comunidad financiera” le presta a la economía.

 

En marzo de 2011, Kathleen Madigan escribía en el blog que mantiene en el Wall Street Journal:

 

“Después de alzarse como el ave Fénix, la industria financiera obtiene alrededor de 30% de la masa global de beneficios industriales. Esta es una cifra sorprendente, habida cuenta que el sector cuenta por menos del 10% del valor agregado en la economía”.

 

Si Kathleen Madigan habla de “ave Fénix”, es porque el sector financiero había sufrido una caída estrepitosa con las crisis que se sucedieron de manera ininterrumpida de 2001 en adelante, y hasta septiembre de 2008 (la caída).

 

Si en diciembre de 1947 el sector financiero obtenía el 8% del total de beneficios corporativos, en diciembre de 2001 había alcanzado una parte inimaginablemente alta: ¡un 45,80%! (James Bianco. The Big Picture. Macro Perspective on the Capital Markets, Economy, Technology & Digital Media. March 29, 2011).

 

A partir de septiembre del 2008 – en plena crisis financiera estadounidense y europea – gracias a los Bancos Centrales, la “comunidad financiera” ha visto aumentar sus beneficios, y la parte que obtiene de la masa global de beneficios industriales, de manera exponencial.

 

En la citada nota James Bianco afirma que:

 

“El gran conductor de la curva de rentabilidad es la manipulación por parte del gobierno (estadounidense) de las políticas monetarias de la Reserva Federal.”

 

¿Hay que sorprenderse si un conocido consultor financiero de New York – Shah Gilani – les trata de “rufianes” y de “sinvergüenzas?” (Shah Gilani. “Central banks are the problem”. Capital Waves Strategist, Money Morning. July 10, 2012).

 

En estas condiciones, ¿a quién le importa producir nada en los EEUU? ¿O crear empleo?

 

El cacareo de los Senadores y Representantes de Capitol Hill porque Ralph Lauren hizo fabricar los uniformes olímpicos de los deportistas estadounidenses en China es una lamentable y patética demostración de hipocresía. Efectivamente, la empresa estadounidense Ralph Lauren recibió el encargo de diseñar y fabricar los uniformes olímpicos de los atletas yanquis para los Juegos que debutaron el 27 de julio de 2012 en Londres.

 

Ralph Lauren hizo hacer todo el trabajo en China causando la ira de Senadores y Representantes estadounidenses, que lanzaron una patriótica protesta descrita por el Cotidiano del Pueblo, órgano oficial del partido Comunista chino (Beijing. 14 de julio 2012) en una nota titulada “¿Pagarán los EEUU el precio de ser patrióticos?”

 

“Esta acción de la parte del Comité Olímpico simboliza la desastrosa política comercial que nos ha costado millones de empleos pagados decentemente, y debe ser cambiada”, declaró el Senador Bernie Sanders.

 

“Esto no es sólo un ultraje, es simplemente estúpido”, dijo el representante Steve Israel.

 

“Estoy tan disgustado. Pienso que el Comité Olímpico debiese tomar todos esos uniformes, apilarlos y quemarlos, y comenzar todo de nuevo”, dijo Harry Reid, líder de la mayoría demócrata en el Senado.

 

Reid agregó que el Comité Olímpico (USOC) debiese estar avergonzado de que los uniformes fuesen fabricados en China, cuando los trabajadores de la industria textil de los EEUU andan buscando trabajo. Accesoriamente, Reid, Israel y Sanders son miembros del Partido Demócrata, y se les olvida mencionar que no son algunos cientos de uniformes los que podrían restituirle a los EEUU la masa de empleos eliminados en virtud del principio del lucro máximo, así como omiten recordar que las políticas libremercadistas que atacan son las mismas que han puesto en práctica con no disimulado entusiasmo los presidentes demócratas que ellos han apoyado: Bill Clinton y Barack Obama.

 

En la hipocresía… ¿Quién le copia a quién? ¿La Concertación chilena a los demócratas americanos, o los demócratas americanos a la Concertación chilena?

 

Una muy lamentable conclusión

 

La verdad es que en Europa o los EEUU, en Chile como en China o Japón, el empleo y los trabajadores son una variable de ajuste. El objetivo principal de las políticas financieras y económicas consiste en mantener las condiciones que generen el máximo de lucro, incluso si ello implica reducir y hasta eliminar las garantías que los trabajadores lograron al precio de incontables sacrificios y siglos de luchas sociales.

 

Ese objetivo ha llevado a la privatización de los servicios públicos, y muy particularmente la de la Salud y la Educación. En estos días los gobiernos “rufianes y sinvergüenzas” (Shah Gilani dixit) prosiguen la tarea de demolición del llamado “Estado de bienestar” aumentando la edad de la jubilación, alargando la jornada de trabajo, reduciendo los salarios, y disminuyendo las prestaciones sociales y las indemnizaciones de desempleo.

 

Seguramente porque, como enseñaban Joseph Towsend, Daniel Defoe, Thomas Malthus y otros economistas, ayudar a los trabajadores es pernicioso. Y porque no hay que olvidar jamás que:

 

“…el hambre no es solo un medio de presión pacífico, silencioso y constante, sino que como es el móvil más natural para la laboriosidad y el trabajo, suscita el esfuerzo más potente”.

 

¿Existe alguna consciencia del daño que se le provoca a millones y millones de familias, a hombres, mujeres y niños, empujados lenta pero seguramente a la pobreza y a la miseria?

 

Andrea Fabra, parlamentaria del Partido Popular español (derecha) entregó una respuesta para el bronce el día miércoles 11 de julio de 2012 en Las Cortes de Madrid.

 

Inspirada, seguramente, por las enseñanzas de sus eminentes predecesores de los siglos XVII y XVIII, en medio del discurso del Presidente de Gobierno español Mariano Rajoy, que le anunciaba al Parlamento la reducción de la indemnización que reciben los trabajadores en el paro, Andrea Fabra gritó en pleno hemiciclo:

 

“¡Que se jodan!”

 

Louis Casado. París, enero de 2013

 

 

 

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RAJOY ES TONTO Y ANALFABETO


Artículo por Lucía Etxebarría
Este titular tiene por objeto llamar la atención.

Hace un año escribí un artículo que tenía por título “ La infanta Cristina es tonta y analfabeta”. La versión suavizada del artículo no se pudo publicar en ninguna parte. Así que escribí una versión hardcore del artículo y lo colgué en mi perfil de Facebook. El perfil de Facebook fue desactivado. Más tarde colgué el artículo en una web. Y la web fue hackeada. Pero eso no frenó el avance del texto… el caso es que el artículo corrió de un lado a otro, vía mail, vía redes sociales, y muchísima gente lo ha leído.

Ojalá pasase lo mismo con este artículo.

Señor Rajoy:

Usted es tonto.

Si le birlan 22 millones ( suponemos que bastante más porque esto es la punta del iceberg) y usted ni se entera, es tonto.

Si en su partido corren los sobres de dinero negro como la cocaína en un afterauers y usted ni se entera, usted es tonto.

Si usted ve normal que el marido de Andrea Fabra, elegido A DEDO, eligiera para gestionar los análisis clínicos de la Comunidad a la empresa de la que es consejero, y que cuando, ocupando aún el cargo en la Comunidad, decidiera privatizar esos análisis ; si usted ve normal lo del ático en Marbella del señor González, usted es tonto.

Y si usted es tonto, me pregunto cómo va a sacarnos de la crisis.

Ah… que no nos ha sacado.

Ah… que estamos peor que antes.

Ah, que están ustedes cerrando urgencias, privatizando sanidad, denegando becas escolares y echando a gente de su casa.

Ah, que en comparación con usted, Zapatero empieza a caernos hasta bien.

Señor Rajoy, los del partido partido rival de usted tampoco son muy listos que digamos. Que en Andalucía también van perdiendo dinero como locos. Que sí, que lo sabemos.

Lo que yo no puedo entender es que una señora que hasta ahora ha estado casada con un ministro al que ha elegido usted, una señora que trabaja para una televisión controlada por usted, una señora, pues, afín a su partido (a Edurne Iriarte me refiero), me venga poco menos que a soltar ayer que lo que pasa en su partido no es para tanto porque al fin y al cabo el PSOE ha hecho lo mismo con los ERES. 

Y que, a su lado, otro tertuliano también afín a su partido tuviera la desfachatez de venir a decir que aquí en España quien más quien menos casi todo el mundo es corrupto y que eso es una cosa de la idiosincrasia del país.

Idioticracia, más bien.

Señor Rajoy: cada vez que alguien de su partido me viene a hablar de los ERES de Andalucía para justificar lo que pasa en su partido lo que me viene a decir es que aquí en España la corrupción es la norma, no la excepción, y que entonces nos tenemos que apoquinar con lo que hay. Que no podemos tener sanidad, becas escolares de comedor, urgencias rurales etc… porque aquí robar dinero es lo normal.

Señor Rajoy: 

A mí no me vale que la señora Cospedal me diga que en el PP “ quien la hace la paga” .
No me lo creo.

Repito: No me lo creo.

Mentira podrida.

Le recuerdo que en el PP se indulta a los corruptos.
  • Han indultado ustedes a Tomas Gomez Arrabal, exalcalde de la localidad malagueta de Valle de Abdalajis, condenado por corrupción, y con él a tres concejales condenados por delitos continuados de prevaricacion. Los cuatro eran militantes del Partido Popular. 
  • Salvaron de la cárcel a: Josep Maria Servitje (ex secretario general del Departamento de Trabajo de la Generalitat) y a Víctor Manuel Lorenzo Acuña (empresario) que desviaron fondos mediante el encargo de informes inútiles. Eso lo hicieron cuando aún eran socios de los convergentes. 
  • Indultaron a Constancio Alvarado, ex secretario de la subdelegación del Gobierno en Cáceres, a José Manuel Sánchez Donoso y a Luis Calle Fernández, que habían sido condenados en 2010 por vender permisos falsos a inmigrantes. 
  • Indultaron a Miguel Escudero Arias-Dávila, tras ser condenado por la Audiencia Provincial de Madrid como autor de un delito continuado de falsedad en documento mercantil en concurso con un delito de estafa. 
  • Han indultado ustedes a políticos, banqueros y empresarios… 
  • Y a cuatro mossos de escuadra condenados por torturas, en una decisión que ha soliviantado de tal forma a los jueces que casi 200 han firmado un documento en el que acusan al Ejecutivo de dinamitar la división de poderes (ahí es ná) con una decisión “abusiva” y “éticamente inasumible”.
En el PP el que la hace no la paga.

Cobra.

Y en negro.

Por si esto no fuera prueba de que en el PP el que la hace no es que la pague, sino que cobre le recuerdo a usted el escandaloso nombramiento de un hombre de La Caixa para la Sala de lo Civil del Tribunal Supremo. Sí, a la misma sala que acabará juzgando las preferentes, las cláusulas suelo y otros abusos bancarios.

Un autoblindaje del establishment

Señor Rajoy: 

De nada sirve legislar si los mismos que legislan garantizan la impunidad de los corruptos.

Pero para rizar el rizo, pretende usted llevar adelante una reforma penal según la cual…
Despojarían al Juez Instructor de toda competencia, dejando en manos de Fiscalía toda las diligencias de los sumarios.

¿Qué significa esto?

Pues que el sumario pasa de controlarlo un señor que, en teoría, es independiente, a uno que está regido por el principio de Obediencia Jerárquica, y cuyo jefe supremo es, ¡oh, sorpresa!, el Ministro de Justicia.

- Sustituirían el Principio de Legalidad, que preside nuestro Derecho, por el de Oportunidad.

¿Qué significa esto?

La diferencia radica en que el primero, de manera sencilla, obliga a perseguir de oficio todo hecho que revista indicios de criminalidad, mientras que el segundo se basa en la economía de medios, o sea:

Se persigue… si compensa, o si interesa.

Viene a decir que, dependiendo de quien sea el posible imputado y posteriormente procesado y condenado, se investiga, o se deja pasar. Ya se sabe: me debes un favor de los grandes… y ya te lo cobraré.

Todo esto es lo que tiene en mente el Gallardón, pero no por iniciativa propia, no…

Porque estas medidas cuentan con el entusiasta apoyo de la clase política.

Y es que suponen el fin definitivo a sus problemas judiciales.

Es decir, esta reforma penal les viene bien a todos los corruptos: a los del PSOE, a los suyos, a los de CiU y a los que vayan por libre.

Señor Rajoy:

Si usted no se ha enterado de que su partido está corrupto hasta la médula, usted es tonto y analfabeto.

Y sí, me creo lo que dicen ustedes de que en el PSOE tampoco están mucho mejor. Y sí, de verdad, me creo que Pujol tenga cuentas en Suiza, porque si no no se explica de dónde saca pá tanto como destaca su hijo, y porque Oriol y sus hermanos (una nueva versión de Rocco y sus hermanos) son miembros de al menos 73 empresas, y porque todas ellas están relacionadas de una forma u otra con encargos de la Generalitat…

Me lo creo, de verdad que me lo creo.

Eso es lo peor: que me lo creo.

Pero que el partido de al lado también sea corrupto no hace que el suyo deje de serlo.

Y lo que a mí me queda claro es que usted no está haciendo nada, pero nada, para luchar contra la corrupción, y sí mucho por afianzarla.

Por lo tanto señor Rajoy, usted miente.

Usted no tiene ninguna intención de luchar contra la corrupción.

Le recuerdo a usted que la organización no gubernamental Access Info Europe, que lucha por la transparencia informativa, le preguntó a usted, sí, a usted , señor Rajoy, cuales eran las medidas que ha adoptado España para luchar contra la corrupción. En realidad se lo pregunto a su antecesor, pero resulta que la pelota le rebotó a usted. Usted la rebotó a su vez al Ministerio de Justicia. Allí, el Supremo sostuvo que los datos solicitados son una forma de pedir explicaciones al Ejecutivo y no una petición de información en sí. Y Access Info fue condenada por el Tribunal Supremo a pagar 3.000 euros de costas por querer conocer las medidas que ha adoptado España para luchar contra la corrupción.

Señor Rajoy: 

España es, precisamente, el único país europeo de más de un millón de habitantes que no tiene una legislación que ponga coto al secretismo de la Administración y abra los archivos de todas las instituciones que reciben fondos públicos.

Y ahora ya no me dirijo al señor Rajoy sino a vosotros que me estáis leyendo.

Esto se puede y se debe acabar.

La crisis en España no es una crisis financiera, es una crisis moral.

Y hemos llegado a un punto en el que esto se debe parar.

Y se puede parar.

Se puede exigir al gobierno del Señor Rajoy o al que venga después que tome medidas para que esto pare.

Medidas simples como:

- Que el indulto, tal y como está concebido, desaparezca. Que el gobierno tenga que dar explicaciones claras sobre a quien indulta y por qué. Para que deje de ser la puerta por la que se escapan los corruptos

- Que no se lleve a puerto la Reforma Penal proyectada por Gallardón.

- Que se imponga la transparencia informativa: se deberían facilitar datos de toda las obras públicas que cada ayuntamiento acomete.

- Que se imponga la conservación de documentos.

- Que se imponga la prohibición de aceptar regalos.

- Que se imponga la que cualquier compra que realicen las Administraciones pública debería estar ejecutada a precios de mercado e incluir, necesariamente, al menos tres ofertas de proveedores diferentes, para poder elegir la más adecuada.

- Que se imponga la transparencia total de las Administraciones públicas: que cualquier decisión tomada por un funcionario dentro del cumplimiento de su profesión pueda ser conocida por el resto de ciudadanos, excepto por cuestiones relacionadas con la seguridad. Y así, ingún miembro de la administración podría negarse a satisfacer las necesidades de información no sólo de los periodistas, sino de los votantes.

- Que se imponga la ausencia de cargos de designación política: actualmente en todo el territorio nacional existe un elevado número de cargos cuya designación ha sido realizada sin ningún criterio de méritos. La hermana de Esperanza, el marido de la Fabra ( sí, ese que siendo consejero de sanidad nombrado a dedo privatiza los análisis clínicos y luego consigue que sea su empresa la que se lleve la millonaria concesión de esos análisis) , etc, etc. La guinda del pastel la pone una alcaldesa que no ha sido votada.

- Para cubrir el lugar de los altos cargos de las Administraciones públicas deberían realizarse pruebas objetivas, en lugar de ser por designación partitocrática. Estos cargos deberían designarse por méritos propios, nunca por “ soy pariente de, novia de , amante de, prima de la hermana de …” .

- La remuneración de los sueldos públicos debería ser homogénea. No es lógico que un concejal en Alcalá de Henares pueda cobrar diez veces más que uno en Pontevedra, por ejemplo. Y debería ligarse a factores económicos medibles con el índice de precios de consumo (IPC).

- Los políticos no deberían jamás poder decidir sus propios sueldos.

- Que se imponga la incompatibilidad del cargo público con el ejercicio de actividades privadas relacionadas directamente con los asuntos en que tenga que intervenir por razón de su cargo.

Es decir,

Un político no debería, por ley:

- pertenecer a consejos de administración u órganos rectores de empresas cuya actividad esté relacionada con las que gestione el ayuntamiento;

- desempeñar cargo representativo o ejecutivo en sociedades concesionarias,contratistas de obras, servicios o suministros, arrendatarias o administradoras de monopolios o con participación o aval del sector público local;

- tener participación superior al 10 por ciento en el capital de dichas empresas.

- Y ya de paso, acabe usted con la amnistía fiscal. Si esa amnistía consiguió recaudar 85 millones de euros y diez eran de Bárcenas, es como para creer que hizo usted la ley a medida de su tesorero.

- Y por supuesto. Que los delitos de corrupción NO PRESCRIBAN, para que su ( ex) amigo Bárcenas no pueda irse de rositas.

Tan simple como esto.

Se puede y se debe exigir.

¿ Y cómo puede exigirse?

Acabando con la ignorancia.

«No es una crisis, es una estafa», oímos decir desde hace meses.

Es una historia de robo, de complicidad, de sumisión, de ignorancia generalizada y de maniobras de distracción.

Cuando los valores morales en una sociedad son la codicia desaforada, el consumismo, la frivolidad, el sensacionalismo, el culto a la apariencia, el culto al cuerpo, el yo-mí-me-conmigo, el hedonismo, el solipsismo, el egoísmo, el ni-lo-sé-ni-me importa, el no-leo-periódicos-porque-me-aburro-y-yo-sólo-leo-el-cuore, porque la frivolidad-es muy-moderna; cuando cada uno barre para casa y únicamente mira por lo suyo y le interesa menos que cero el bien común; cuando a los corruptos no sólo no se les condena sino que se les premia y se les admira, y se les vuelve a votar; cuando las palabras ética y moral se pasan de moda, antes o después el sistema cae, como ha quedado demostrado. 

Y se polariza: los ricos se hacen mucho más ricos; y los pobres, más pobres.

Pero hemos llegado a un punto en el que la única manera de salir adelante es desde la información, y la exigencia.

Información es conocimiento, conocimiento es sabiduría, sabiduría es poder.

Todos podemos salir a la calle a exigir una Ley de Tranparencia y una Ley Anticorrupción serias. Y ha llegado el momento de hacerlo

Si estás de acuerdo, haz correr este texto como hiciste correr el de la Infanta.

TOP MODELS EN EL FMI

Escribe Luis Casado

Cada día el Fondo Monetario Internacional (FMI) anuncia sus previsiones de crecimiento y le distribuye buenas o malas notas a quienes siguen sus valiosos consejos. Este profesor Ciruela vive escudriñando el futuro, pero da mala espina que nunca vea venir nada: la crisis de los créditos basura pilló al FMI con los calzones abajo. Ahora  descubre con pavor que los cálculos con los que le impuso la austeridad a Europa… ¡estaban errados!

El 3 de enero, Olivier Blanchard, economista jefe del FMI, publicó una nota en la que confiesa que los planes de austeridad estaban “mal calibrados”. El FMI recetó una fuerte y brusca reducción de la inversión y el gasto públicos, estimando –erradamente – que la incidencia en el crecimiento no sería significativa: la reducción de un punto de dé-ficit público provocaría una reducción de medio punto en el crecimiento.

La realidad ha sido muy distinta, y los “mal calibrados” planes del FMI han costado millones de puestos de trabajo y sacrificios insoportables para los pueblos europeos. “Simple error de cálculo”, se justifica el FMI, ¡pero sus cálculos estaban errados en una proporción superior al 300%! Lo que no le impide seguir dando cátedra y controlar gobiernos que uno suponía soberanos.

El semanario francés Marianne da cuenta de la increíble metedura de pata en un artículo del 18 de enero:  “En su ‘Panorama de la economía mundial’ publicado en octubre pasado, el FMI reconoció, en una página detectada sólo por los especialistas, que los multiplicadores actuales podían estar comprendidos ‘entre 0,9 y 1,7’.

Las consecuencias son abisales: obligando a los gobiernos de Europa del sur a reducir drásticamente los salarios de los funcionarios y las pensiones de los jubilados, el FMI hundió la demanda interna dos o tres veces más rápido de lo previsto”.

Coincidencia o mala leche, ese mismo día Kenneth Rogoff, ex economista jefe del FMI y profesor de economía y de ciencia política en la Universidad de Harvard, publicó un artículo titulado: “Reducir el gasto público, un desafío para todos los Estados”. Allí Rogoff afirma que “Hay que mejorar la performance de la administración mediante la innovación y la competición con el sector privado”. Los ejemplos que cita dan la medida del cretinismo que se ha apoderado de estos “expertos”:  “Cualquier industria intensiva en servicios enfrenta los mismos desafíos. En los años 1960, los economistas  William Baumol y William Bowen escribieron sobre la “enfermedad de los costos” que asola esas industrias.

El ejemplo célebre que utilizaron era el de un quatuor de cuerdas de Mozart, que necesita tantos músicos e instrumentos en los tiempos modernos como en el siglo XIX. Como le hace falta aproximadamente la misma cantidad de tiempo que hace cien años a un profesor actual para evaluar una disertación. Un buen plomero cuesta una pequeña fortuna porque allí también la tecnología ha evolucionado muy lentamente (sic)”.

Según Rogoff la música y la educación forman parte de la industria al mismo título que la plomería, y la competencia del sector público con el sector privado hará que un quatuor de Mozart pueda ser ejecutado por un solo músico dotado de un solo instrumento, que un profesor lea simultáneamente diez o más disertaciones, y que el plomero desaparezca definitivamente junto a las instalaciones sanitarias que cuestan una “pequeña fortuna”.

De ahí a lograr que una madre pueda dar a luz al cabo de tres meses en vez de nueve… Sería una hazaña que alegraría infinitamente a Gary Becker, premio Nobel de economía 1992, que sostiene que el amor, los matrimonios y la procreación, dependen de un cálculo económico.

Henos precisamente ahí, en el cálculo económico. El FMI ha probado que los suyos no se caracterizan por una precisión milimétrica, aún cuando utiliza modelos macroeconómicos cuya elaboración ocupa un ejército de expertos dedicados a la econometría.

Tales herramientas, conocidas como “modelos dinámicos estocásticos del equilibrio general”, suelen ser las mismas o tener las mismas características en el FMI, el Banco Mundial, la OCDE y los bancos centrales. Si Ud., estimado lector, no ha comprendido nada, no se inquiete: todo hace pensar que los tipos del FMI tampoco: la única diferencia es que a ellos les pagan. 

Cualquier hijo de vecino que terminó la enseñanza secundaria sabe que un proceso estocástico es un concepto matemático que sirve para calcular una sucesión de variables aleatorias (estocásticas) que evolucionan en función de otra variable.

Si nuestro colegial asistió a sus clases de matemáticas, conoce la noción de ‘función’ que designa la correlación que hay entre dos variables, una de las cuales depende de la otra.

En el caso de un vehículo que se mueve a una velocidad determinada ‘v’, es posible determinar la variable distancia ‘d’ en función del tiempo ‘t’. Otro ejemplo conocido, en física, es la función que reúne las variables P, V y T, o sea la presión, el volumen y la temperatura de un gas. Hasta ahí no hace falta ni siquiera haber pasado la PSU. 

Gracias a la Estadística, nuestro colegial conoce nociones como la media aritmética, la mediana, los cuartiles, deciles y quintiles, las distribuciones y varianzas, que son las herramientas con las que los economistas nos cuentan lo que surge de su fértil imaginación y su desmedida ignorancia.

El estudio de Probabilidades divierte a quién  calcula las veces que una moneda cae en cara o en sello al cabo de un cierto número

de ensayos, o la probabilidad de ver aparecer “el chancho seis” con los dados. Mis hijos, que cursaron la secundaria en Francia, estudiaron el cálculo diferencial e integral, con un poquillo de ecuaciones diferenciales. Simplificando un pelín, este es el nivel y estas son las herramientas que permiten construir los “modelos dinámicos estocásticos” que el FMI le aplica al “equilibrio general de la economía”.

De esta última noción debo señalar que, sin corresponder a nada que sea demostrable, le sirve de zócalo a toda la teoría económica que enseñan en la universidades, como si en pleno siglo XXI fuese posible enseñar que la Tierra es el centro del universo.

Un modelo matemático describe teóricamente un sistema que existe fuera del campo de las matemáticas. Las previsiones del tiempo están basadas en tales modelos. El grado de exactitud depende de la precisión con la que se construye la representación numérica, y de la fidelidad con la que se expresan hechos y situaciones naturales en forma de variables relacionadas entre sí. En otras palabras, se construyen algoritmos (fórmulas matemáticas) para calcular la evolución de ciertas variables en función de otras variables.

El modelo debe reflejar adecuadamente la realidad, usar variables pertinentes y definir las correlaciones entre ellas. Un mal ejemplo es el ya comentado más arriba: el FMI subestimó el efecto que provoca la reducción de la variable “gasto e inversión públicas” en la evolución de la variable “crecimiento”. Para construir los modelos en vigor los “expertos” olvidaron mirar el mundo real que pusieron en ecuaciones. Esos modelos contienen un reducido número de agentes económicos representativos como los hogares, las empresas no financieras y el gobierno. 

Los bancos no figuran, en razón de una visión macroeconómica dogmática. Para el FMI, los bancos como empresas que buscan obtener el mayor lucro posible (y de paso hunden la economía planetaria) no existen.

Otro detallito no menor, los modelos describen una economía estable (en “equilibrio general”) que sólo puede ser perturbada desde el “exterior”.

En tales economías virtuales, en las cuales la “comunidad financiera” no figura, todo ocurre apaciblemente: no hay “apalancamientos” excesivos ni créditos basura, no hay  burbujas inmobiliarias o bursátiles, las crisis no existen.

Si se tratase de un modelo destinado a apostar en las carreras de caballos, o de inventar una martingala (Merton y Scholes, premios Nobel de economía, lo intentaron), mientras las apuestas permanezcan en el estrecho círculo de quienes arriesgan su propio dinero las consecuencias son despreciables.

Pero los cálculos del FMI sirvieron para imponerle políticas públicas a una región que alberga más de 500 millones de habitantes y constituye la primera economía mundial, provocando una recesión que agrava los efectos de las recesiones precedentes. Gracias a la globalización, esta enésima recesión afecta al mundo entero agregando incertidumbre en la falta de visibilidad.

Los “expertos” del FMI no sólo han mostrado ser incompetentes en matemáticas, sino que buscan aplicarlas allí donde no tienen ninguna pertinencia. Irresponsablemente, el FMI utiliza herramientas matemáticas para calcular lo incalculable: el comportamiento humano.

A partir de modelos definidos por aprendices de brujo que introducen en las variables elegidas, y en sus correlaciones, sus propias opiniones, certidumbres, dudas y debilidades.

El modelo es necesariamente subjetivo. John Maynard Keynes, fundador del FMI, gran matemático y probablemente el más grande economista del siglo XX, escribió una tesis sobre el tema (1906-1909) y demostró que la vida no es reductible a un cálculo probabilístico.

Por eso, dijo, “De mañana no sabemos nada, y en el medio plazo estaremos todos muertos”. Tal parece que el FMI aún no se entera. La revista financiera The Economist sí lo sabe, y en su edición del 19 de enero declara:  “La crisis mostró que los modelos macroeconómicos que usan los bancos centrales y otros organismos no representan adecuadamente el sistema financiero, ni admiten las bonanzas y crisis que se observan en el mundo real. Los académicos están intentando reparar esos errores”. 

Mientras tanto perdone la muerte del niño y… ¡buena suerte! 

POLITIKA Año IIII - Edición Digital Nº 44 (01.02.2013)

En las presidenciales 2013 Politika estará en primera línea

#todosalamoneda



LO QUE COMEN LOS CONGRESISTAS ESPAÑOLES

LO QUE COMEN LOS CONGRESISTAS ESPAÑOLES

 

Menú del congreso de los diputados. Dos platos, postre, bebida y café, todo 3’55 €.

Un par de fotos que debería ver todo el mundo para entender la crisis.

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Nuestros niños, sólo por utilizar este comedor para sus "tuppers", 3,80 €. al día.

En un programa de radio

Hace unos días, el periodista de ABC Punto Radio, Melchor Miralles, en una entrevista telefónica al presidente de la Patronal Madrileña, Arturo Fernández, que a su vez es el concesionario de los servicios de restaurante del Senado, el Congreso de los Diputados y de la Asamblea de Madrid, le preguntaba cómo es posible poder dar menús a sus señorías por la ridícula cantidad de 3,55 euros.

 


El señor Fernández comenzó por negar la mayor, diciendo que no era cierto, que esa cantidad no era correcta, y que como cualquiera podía comprender, era imposible poder servir un menú por ese precio, con los gastos que ello conlleva de personal, etc., y poder obtener unos beneficios como cualquier otra empresa o negocio.

Lo que no sabía este señor es que el periodista tenía en la mano un tiket en el que figuraba dicho importe, cosa que corroborraron el resto de tertulianos que le acompañaban.

La respuesta del Sr. Fernández fue ceder, pero sólo a medias, diciendo. "Puede ser ese el precio, pero sólo de un plato, o medio menú. El menú completo cuesta más, como el de un restaurante normal y corriente". 

De nuevo el periodista volvió a insistir: "En el tiket que yo tengo pone: Dos platos, postre, bebida y café".

Ante esta aseveración, el presidente de la patronal, sin querer dar su brazo a torcer, respondió que no estaba al corriente del precio, que a pesar de ser él mismo el concesionario, no conocía el importe de los menús que se servían a sus señorías en los restaurantes de estas tres instituciones.

Ante la perplejidad de los periodistas por esta respuesta, vino a decir que:

"De otra manera, su negocio sería una ruina, y por eso, esos servicios ESTÁN SUBVENCIONADOS CON FONDOS PÚBLICOS.

Nos hemos enterado, pues, que sus señorías, a pesar de cobrar suculentas dietas, que justifican en tener que vivir en una ciudad que no es la suya de residencia habitual, sólo pagan por sus comidas una tercera parte de lo que cuesta el menú más barato a cualquier otro trabajador que tiene que mantenerse de su bolsillo.

Nos enteramos también de que le cuesta menos la comida a un senador o diputado de lo que paga cualquier escolar en Madrid por llevar su comida de casa en una fiambrera, que paga 3,80 € por el uso del comedor y del horno microondas en que se la calienta.

Nos hemos enterado, de paso, que a costa del dinero de todos, cuando una empresa es ruinosa, que vendiendo a precios por debajo del costo se podría ir a pique, es rescatada con los dineros de todos, incluidos de los que están en el paro, de los que no llegan a fin de mes, de los que tienen que hacer ingeniería financiera para repartir el sueldo de miseria que cobran al llegar el primero de cada mes.

Ya conocemos el motivo por qué el anterior Presidente del gobierno, Sr. Zapatero, cuando le preguntaron en TV el precio de un café en un bar cualquiera, no supiera el importe. Si tenemos en cuenta que dos platos, postre, bebida y café valen 3,55 € el café sólo debe andar bastante por debajo de los 80 céntimos que este señor aseguró que costaba.

Basta ya de casta de privilegiados que sólo conocen la crisis porque han oído hablar de ella.

Basta ya de vividores del cuento que se reservan para ellos unos derechos que están quitando al pueblo.

Basta ya de gentes sin escrúpulos, sin cultura muchos de ellos y sin vergüenza todos, que están viviendo a costa de robar y quitar derechos a los demás, para crearse para sí mismos los que les viene en gana.

 PÁSALO... Que se entere cuanta más gente mejor...

LA BANCA, EL FRAUDE FISCAL Y EL NEW YORK TIMES

LA BANCA, EL FRAUDE FISCAL Y EL NEW YORK TIMES

Un lamentable error. Un canalla ha intentado desacreditar al Prof. Navarro falsificando un artículo suyo de hace un año. Para verificar la veracidad del artículo miré en Google y lo encontré... pero cometí el error de no leerlo, porque me cuesta imaginar o pensar como un troll, así es que lo subí a este blog con la referencia al artículo que había encontrado y que ahora copio.

Me tomo la libertad de poner en negrita algunas frases del artículo y espero que eso no moleste al profesor Navarro.

Le presento mis disculpas al Prof. Vicenç Navarro, Catedrático de Políticas Públicas de la Universidad Pompeu Fabra, por este lamentable error y rectifico:

Maximo Kinast Aviles

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LA BANCA, EL FRAUDE FISCAL Y EL NEW YORK TIMES, articulo de Vicenç Navarro*

Fuente: http://www.vnavarro.org/?p=6413

Artículo publicado por Vicenç Navarro en la revista digital SISTEMA, 21 de octubre de 2011

Este artículo critica la falta de cobertura de temas de fraude fiscal por parte de los medios de mayor difusión del país, resultado de la enorme influencia que la banca tiene sobre tales medios, siendo la banca y los banqueros algunos de los que contribuyen más a tal fraude. 

El New York Times ha ido publicando una serie de artículos sobre Emilio Botín, presentado por tal rotativo como el banquero más influyente de España, y Presidente del Banco de Santander, que tienen inversiones financieras de gran peso en Brasil, en Gran Bretaña y en Estados Unidos, además de en España. En EEUU el Banco de Santander es propietario de Sovereign Bank.

Lo que le interesa al rotativo estadounidense no es, sin embargo, el comportamiento bancario del Santander, sino el de su Presidente y el de su familia, así como su enorme influencia política y mediática en España. Un indicador de esto último es que ninguno de los cinco rotativos más importantes del país ha citado o hecho comentarios sobre esta serie de artículos en el diario más influyente de EEUU y uno de los más influyentes del mundo. Es de suponer que si se escribieran artículos semejantes, por ejemplo, sobre el Presidente Zapatero, tales reportajes serían noticia. No así en el caso Emilio Botín.

Una discusión importante de tales artículos es el ocultamiento por parte de Emilio Botín y de su familia de unas cuentas secretas establecidas desde la Guerra Civil en la banca suiza HSBC. Por lo visto, en las cuentas de tal banco había 2.000 millones de euros que nunca se habían declarado a las autoridades tributarias del Estado español. Pero, un empleado de tal banco suizo, despechado por el maltrato recibido por tal banco, decidió publicar los nombres de las personas que depositaban su dinero en dicha banca suiza, sin nunca declararlo en sus propios países. Entre ellos había nada menos que 569 españoles, incluyendo a Emilio Botín y su familia, con grandes nombres de la vida política y empresarial.

Según el New York Times, esta práctica es muy común entre las grandes familias, las grandes empresas y la gran banca. El fraude fiscal en estos sectores es enorme. Según la propia Agencia Tributaria española, el 74% del fraude fiscal se centra en estos grupos, con un total de 44.000 millones de euros que el Estado español (incluido el central y los autonómicos) no ingresa. Esta cantidad, por cierto, casi alcanza la cifra del déficit de gasto público social de España respecto la media de la UE-15 (66.000 millones de euros), es decir, el gasto que España debería gastarse en su Estado del Bienestar (sanidad, educación, escuelas de infancia, servicios a personas con dependencia, y otros) por el nivel de desarrollo económico que tiene y que no se gasta porque el Estado no recoge tales fondos. Y una de las causas de que no se recojan es precisamente el fraude fiscal realizado por estos colectivos citados en el New York Times. El resultado de su influencia es que el Estado no se atreve a recogerlos. En realidad, la gran mayoría de investigaciones de fraude fiscal de la Agencia Tributaria se centra en los autónomos y profesionales liberales, cuyo fraude fiscal representa –según los técnicos de la Agencia Tributaria del Estado español- sólo el 8% del fraude fiscal total.

Es también conocida la intervención de autoridades públicas para proteger al Sr. Emilio Botín de las pesquisas de la propia Agencia Tributaria. El caso más conocido es la gestión realizada por la ex Vicepresidenta del Gobierno español, la Sra. De la Vega, para interrumpir una de tales investigaciones. Pero el Sr. Botín no es el único. Como señala el New York Times, hace dos años, César Alierta, presidente de Telefónica, que estaba siendo investigado, dejó de estarlo. Como escribe el New York Times con cierta ironía, “el Tribunal desistió de continuar estudiando el caso porque, según el juez, ya había pasado demasiado tiempo entre el momento de los hechos y su presentación al tribunal”. Una medida que juega a favor de los fraudulentos es la ineficacia del Estado así como su temor a realizar la investigación. Fue nada menos que el Presidente del Gobierno español, el Sr. José Mª Aznar, que en un momento de franqueza admitió que “los ricos no pagan impuestos en España”.

Tal tolerancia por parte del Estado con el fraude fiscal de los súper ricos se justifica con el argumento de que, aún cuando no pagan impuestos, las consecuencias de ello son limitadas porque son pocos. El Presidente de la Generalitat de Catalunya, el Sr. Artur Mas, ha indicado que la subida de impuestos de los ricos y súper ricos tiene más un valor testimonial que práctico, pues su número es escaso. La solidez de tal argumento, sin embargo, es nula. En realidad, alcanza niveles de frivolidad. Ignora la enorme concentración de las rentas y de la propiedad existente en España (y en Catalunya), uno de los países donde las desigualdades sociales son mayores y el impacto redistributivo del Estado es menor. Los 44.000 millones de euros al año que no se recaudan de los súper ricos por parte del Estado hubieran evitado los enormes recortes de gasto público social que el Estado español está hoy realizando.

Pero otra observación que hace el New York Times sobre el fraude fiscal y la banca es el silencio que existe en los medios de información sobre tal fraude fiscal. Tal rotativo cita a Salvador Arancibia, un periodista de temas financieros en Madrid, que trabajó para el Banco Santander, que señala como causas de este silencio el hecho de que el Banco Santander gasta mucho dinero en anuncios comerciales, siendo la banca uno de los sectores más importantes en la financiación de los medios, no sólo comprando espacio de anuncios comerciales, sino también proveyendo créditos –aclara el Sr. Salvador Arancibia- “….medidas de enorme importancia en un momento como el actual, donde los medios están en una situación financiera muy delicada”. De ahí que tenga que agradecer al diario que se atreva a publicarlo, porque hoy, artículos como los que publica el New York Times y el mío propio, no tienen fácil publicación en nuestro país. Es lo que llaman “libertad de prensa”.



La crisis del sistema neo liberal, asoma la nariz en Chile

Fuente: www.piensachile.com/index.php?option=com_content&view=article&id=10794:la-crisis-del-sistema-neo-liberal-asoma-la-nariz-en-chile-&catid=1:opinion&Itemid=2

por Mario Briones R. (Chile) 

Con Wall Street mostrando resultados positivos, después del acuerdo político parcial entre el gobierno de B. Obama y los republicanos, existe la tentación de pensar que  las primeras cifras alentadoras de la economía de los Estados Unidos pudieran re editar el “sueño americano”, y que se puede empezar en  olvidar el daño humano que está detrás de las cifras financieras, igual de lo que algunos creen de Chile.

En la actualidad existen altos niveles de violencia en ciudades de Norteamérica, jóvenes que salen a disparar al que se ponga por delante nos dice que debemos buscar las explicaciones reales de lo que sucede. Por de pronto, científicos sociales que estudian los barrios de Chicago, en el 2010 estaban apostando a que el enclave de clase media de Chatham, en el lado sur de Chicago, EE UU., se mantendría estable durante la recesión. Sin embargo, el cataclismo llegó la noche del 19 de mayo de ese año, cuando un grupo de asaltantes dispararon sobre Thomas Wortham IV, un oficial de policía fuera de servicio y veterano de la guerra de Irak, cuando salía de la casa de sus padres. Murió  desangrado en la calle donde se crió.  La localidad de Chatham parecía la misma de siempre, pero los residentes estaban nerviosos. La recesión parece estar profundizándose dijo Ken Blow, quien dirige una barbería en la calle East 79th, mis ingresos se redujeron casi un 40 por ciento en los primeros años de la crisis.

Así como Chatham y el vecino parque de Avalon que son comunidades de clase trabajadora, ambas fueron duramente golpeadas por la recesión y particularmente Chatham, que han sufrido económicamente y con incidentes de violencia, según estudio a cargo de  Robert J. Sampson, sociólogo de Harvard.

Algo similar ocurre en Europa, Ángela Merkel ha sido muy clara y tajante para decir que la solución de la crisis tomará muchos años. Los efectos de la crisis en Europa ha sido dramáticos, para qué hablar de España, Grecia, Portugal, Italia, sin embargo, el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi,  apunta al optimismo. Aún con  Europa en recesión y con el desempleo en su máxima expresión, Draghi se aferra a lo que el BCE considera una “mejora significativa” de la confianza de los mercados. Sobre Europa tenemos idea del desastre y a donde han ido a parar los millones de millones de Euros fabricados, pero cualquier efecto de desacuerdo político, elevara rápidamente el nivel de la crisis, en especial si se produce un ataque a Irán, lo que rebotará en EE UU., con efecto en el precio del petróleo.

Cuando vuelven a las bolsas las cifras azules, se oyen comentarios que intentan asociar la idea de que todo se está resolviendo, que las personas recuperan sus antiguos puestos, que los bancos regresarán las casas rematadas, etc.

El acuerdo político sobre el pacto fiscal en EE UU, fue un avance, sin embargo, en Marzo se reanudarán los discusiones sobre los recortes al presupuesto y al techo de la deuda, con un presidente que no parece  dispuesto a conceder rebajas al  gasto fiscal.

Si no se llega a un acuerdo flexible que incluye aumentar el techo de la deuda, se producirán cesaciones en los empleos fiscales y volverán las cifras en rojo, entonces, ¿qué está produciendo la sensación optimista en Wall Street?. Los inversionistas y las grandes empresas tienen millones de millones de dólares que intentan no arriesgar pero que deben redituar ganancia, con una FED que inyecta US$ 88.000 millones de dólares mensuales y que creen están filtrándose a la economía, produciendo  desvalorización del dólar y por ello la disposición a terminar con dicha emisión el 2014.

El número de viviendas afectadas con aviso de impago, subasta, recuperación bancaria  o alguna otra notificación de embargo en Enero subió un 3% desde Diciembre,  según RealtyTrac. Debemos recordar que son millones los hogares cuyas casas fueron subastadas o desalojadas por los bancos, liderando el despojo California, Arizona, Giorgia, Florida, etc., y con una deuda pública que camina al 90% del PIB para el 2020 y con todo el drama humano que significa quedarse sin hogar.

Y como nos engañan en casa. En Chile, la sexta maravilla mundial, según la prensa de derecha con un  crecimiento de 5.7 %  somos campeones después de  Egipto, China, Filipinas, Perú e Indonesia.

Pero, ¿qué está ocurriendo realmente en casa?. No puedo extenderme demasiado, pero les resumiré algunos puntos de relevancia para entender los problemas de fondo.

El modelo financiero se sigue reproduciendo en gloria y majestad en Chile, y es tan cierto, que está creando su propia crisis.  Tenemos el problema de las Isapres, cuya integración vertical con las clínicas y utilidades groseras, son producto de planes que suben unilateralmente, por lo cual tienen  a 40.000 personas  demandándolos. Si a ello sumamos los  fondos que reciben del aparato fiscal, producto de la derivación de los hospitales públicos, por garantías de salud, Chile tiene la salud más cara del mundo.

Luego, ¿qué sucede con la situación inmobiliaria?, ¿podemos hablar de burbuja inmobiliaria. Veamos rápidamente como han subido los precios. La evolución de los precios en Chile en los últimos 10 años es 44 % y eso dista mucho del 130% de EE UU previo al reventón del 2008, pero, según el economistaRafael Garay, si tomamos la tendencia de los precios de los  últimos 3 años y se proyecta para los  próximos 5 años, Chile podría tener un aumento entre 90 y 100%, con el agravante que en Chile no tenemos un sistema de duda consolidada de las personas, deuda bancaria, deuda comercial, multitiendas, sin la cual, ya se estima que  un  65% a 70% de la población tiene un muy alto nivel de deuda, que es de donde proviene  la demanda interna y este supuesto auge o boom chileno, a lo cual debe agregarse un aumento de la tasa de morosidad. No deben Uds., olvidar que existe  una caída de las exportaciones, lo cual está creando un déficit comercial, aún con el cobre,  sin el cual, estaríamos como en Europa.

Los precios de los activos financiero también están sobrevaluados, y no existe confianza respecto a ellos, es lo que ocurrió en EE UU y en Chile no es tan diferente, aquí los que pagarán el precio del declive son los fondos de pensiones. El Banco Central en sus informes muestra que en los últimos 2 años el valor de los alquileres ha subido un 50%, lo cual centra a los inversionistas a posicionarse en los activos reales, con mejores resultados que los activos financieros, que han perdido la confianza en todo el mundo.

La otra gran espada de Damocles, más bien una bomba de tiempo, son la jubilaciones de pensiones con el sistema actual de AFP. En los países pertenecientes a la OCDE, incluso en crisis, la gente se retira con una renta entre 75% y 100% de su último sueldo, en Chile, como promedio la gente se retira con un 37 % de su última renta,  con una renta promedio de $ 178.000.  Un 47% de la gente que se jubile con el sistema actual, lo hará con pensiones promedio inferiores a  $ 145.000.- y estamos hablando de un sistema que tiene cautivas a 12 millones de personas. La crisis del sistema neo liberal asoma la nariz en Chile y sus ciudadanos aún no advierten el peligro que se avecina.

Claro, el gobierno y la prensa de derecha habla de Chile como  el 3er país que más ha incrementado su ingreso per cápita desde el 2009,  de US$ 15.206 a US$ 18.354 el 2012,  y que en 2 años Chile, según el FMI tendremos  un PIB ajustado por paridad de poder adquisitivo de US$ 20. 252.  Son estas cifras las que permiten a Horst Paulman de Cencosud comprar un Jet privado, un Dassault Falcon 900 LX por US$ 40 millones dólares, mientras deja impago a sus pequeños proveedores por casi 7 meses.

El gobierno gasta miles de millones en propaganda para hacernos creer que somos la 5 maravilla del mundo, pero faltan más de 500 camas UCI y UTI, en los hospitales públicos que no tienen financiamiento ni personal, por lo cual muere la gente. Juzgue Ud., la maravilla de país que somos.


EL FMI RECONOCE QUE SE EQUIVOCO

Aunque se trata de algo que algunos venimos diciendo desde hace años, es bueno que un organismo -que es parte del problema y de la crisis mundial- reconozca al menos uno de sus múltiples errores.

Máximo Kinast Avilés

Fuente: www.otramirada.pe/content/el-fmi-reconoce-que-se-equivoc%C3%B3

La semana pasada se llevó a cabo en los Estados Unidos la reunión anual de la Asociación Americana de Economistas. En el marco de esa reunión se presentó un documento llamado “Growth Forecast Errors and Fiscal Multpliers”, en el cual sus autores señalan que el Fondo Monetario Internacional se equivocó en el programa de ajuste económico en el que embarcó a la región europea luego de la crisis 2008-2009.

En este caso no solo es importante qué es lo que se dice, sino quién lo dice. El documento citado en el párrafo anterior fue presentado en la mencionada reunión nada menos que por el economista jefe del FMI, Olivier Blanchard. 

El informe escrito por el investigador más importante del organismo internacional, señala que el FMI subestimó consistentemente el impacto que tendría el ajuste fiscal en las economías europeas tanto en el aumento del desempleo, como en el debilitamiento de las cuentas fiscales europeas.

De haber conocido esta información, dice el informe del Fondo, este organismo hubiera recomendado ajustes menos severos en países como España, Portugal y Grecia.

El mismo documento señala que originalmente se había calculado que por cada dólar que se recortaba con los programas de ajuste, las economías europeas perdían 0,5 dólares. Sin embargo, según los nuevos datos, cada dólar recortado por los programas de ajuste, las economías europeas perdieron en realidad 1,5 dólares. Es decir 3 veces más de lo originalmente planteado.

Como señaló Paul Krugman en una reciente columna de opinión, la economía de un país no funciona igual que la economía de una familia. Ante una crisis, una familia podría ajustar sus gastos y sobrellevar el bache gastando un poco menos.

En el caso de un país cortar los gastos puede llevar a su parálisis económica, rompiendo el ciclo de compra-ventas que mueve la economía. Es por esta sencilla razón que ante una crisis de cierta magnitud, el gobierno entra en escena a través de una expansión del gasto para, de esta manera, evitar que el ciclo económico se rompa y el país caiga en recesión.

Sin embargo, ante la crisis europea fueron muchas las voces que se alzaron a favor del programa de ajuste. Entre ellas obviamente el Fondo Monetario Internacional, pero también la Comisión Europea, la OECD y la unidad de inteligencia financiera de la importante revista inglesa The Economist.

Todas estas instituciones, como señala el informe de Blanchard subestimaron el impacto que tendría el ajuste fiscal en Europa y que hoy hace que la crisis del 2008 siga siendo uno de los temas claves de discusión económica.

Cabría preguntarse si el profesor Blanchard podría realizar una nueva investigación para ver cuáles fueron los efectos reales del ajuste estructural en América Latina durante los años 90.

¿Cuántos dólares habrán perdido realmente las economías latinoamericanas como producto del ajuste estructural?

¿Cuánto aumentaron los niveles de desempleo como producto del ajuste?

Socialismo y capitalismo (el retorno)


Escribe Luis Casado – 07/12/2012

En los Estados Unidos, “socialismo” y “capitalismo” fueron elegidas “Las Palabras del Año 2012” por la editorial Merriam-Webster, especializada en diccionarios. Felice Besostri, que fue senador en Italia cuando aún quedaban socialistas, dice en su obra “Da vicino e da lontano” que a principios del siglo XX era muy fácil definir lo que era el “socialismo”, pero nadie preguntaba. A principios del siglo XXI, por el contrario, todos quieren saber qué es el “socialismo”, pero es muy difícil definirlo.

Entretanto hubo una marea de variopintos “socialismos”, reales e irreales, cuyos funerales arrojaron la sombra de una gigantesca duda sobre la noción y su contenido. Como quiera que sea, el Diccionario Merriam-Webster,entrega para “socialismo” la acepción que sigue: “Cualquiera de varias teorías económicas y políticas que defienden la propiedad y la administración colectiva o gubernamental de los medios de producción y de distribución de bienes”.

Quienes han leído a Marx saben que sería inútil pedirle a un redactor de diccionarios que resuma en dos líneas los miles de páginas de El Capital, y ni siquiera las treinta del Manifiesto, para no hablar de sus escritos filosóficos. Los fundadores de lo que llegaría a ser la socialdemocracia también escribieron lo suyo y los matices merecen algo más que una nota a pie de página.

Sin embargo… la definición ofrecida recuerda el tema esencial de la propiedad de los medios de producción, y una noción caída en desuso con el advenimiento del neoliberalismo: lo colectivo. En el nacimiento de las democracias modernas lo colectivo jugó un papel eminente, expresado en el ámbito económico como el “interés general”, y en el ámbito político como la “voluntad general”.

Aunque el liberalismo explica que el paraíso en la tierra no será sino el producto del egoísmo individual, en democracia el interés particular debe ceder el paso ante el interés general y la voluntad general. No nos conviene. No queremos. Asunto terminado.

En democracia, claro está. Aquella fundada en los Derechos del Hombre definidos por Robespierre en 1793:

Art. VII.- La propiedad es el derecho que tiene cada ciudadano a gozar y disponer de la porción de bienes que le garantiza la ley. 

Art. VIII.- El derecho depropiedad está limitado, como todos los demás, por la obligación de respetar los derechos del prójimo. 

Art. IX.- No puede perjudicar ni a la seguridad, ni a la libertad, ni a la existencia, ni a la propiedad de nuestros semejantes. 

Art. X.- Toda posesión, todo tráfico que viole este principio es ilícito e inmoral.

Lo que nos trae de regreso a la noción depropiedad, y más precisamente a la propiedad privada. Ningún socialista podría pretender serlo si ignora los límites impuestos a la propiedad privada, no por los socialistas, sino por los filósofos y los revolucionarios (burgueses) del siglo XVIII. Por olvidar esta noción fundamental para la edificación de un orden político democrático, por ceder ante el poder del dinero y los egoístas intereses particulares, las sociedades modernas se debaten en una profunda crisis económica, financiera, social y política.

Los socialistas tienen una pesada responsabilidad histórica en ello, pero no escarmientan. El converso Camilo Escalona, que cada día le da patéticas pruebas de fidelidad a su nueva religión, la del capital, admite la crisis pero recomienda un poco más de la agria medicina que nos trajo a esto:

Con el actual descrédito que tiene la política, el país no tiene viabilidad futura. Y de eso se dan cuenta losempresarios, de manera que un sector significativo de ellos piensa que la alternativa de renovación y de recuperación de la fuerza del sistema político está en Bachelet”.

Generoso, Escalona explica, “Acá se necesitan cambios que garanticen al mismo tiempo estabilidad”. O sea cambiar algo para que nada cambie. Como ocurrió durante 20 años de gobiernos de la Concertación de los que Escalona fue un fiel representante.Veinte años que profundizaron y consolidaron las desigualdades sobre las que Escalona, el converso, derrama lágrimas de cocodrilo.

En alguna ocasión sostuve que el programa económico de la UDI no tiene nada que no pudiese suscribir Escalona, o para ser justos, cualquier concertacionista, miembro o no de los directorios de las multinacionales.

Ese programa es el que le permite a Laurence Golborne ignorar la noción misma de interés general, y peor aún, la noción de voluntad general que funda un régimen democrático. Consultado con relación al proyecto de HidroAysén, Golborne entrega una respuesta para el bronce:

Eso le corresponde a los gestores de ese proyecto, decidir si van a llevar adelante o no. Lo que el país tiene que hacer es definir una política para que esos proyectos se puedan llevar adelante. La decisión de poner el dinero, la decisión de construirlo, le corresponde al dueño del proyecto, al promotor del proyecto”.

En el “pensamiento Golborne”, algo más autoritario que el “pensamiento Mao”, es imposible decir No nos conviene, o bien No queremos. El interés colectivo no existe. La sociedad no existe. Sólo existen las decisiones que se toman en virtud del interés particular, que se resume a “poner el dinero” para lucrar.

La misión del país, o sea de los inquilinos que lo pueblan y lo gobiernan, se limita a “definir una política para que esos proyectos se puedan llevar adelante”. Golborne parafrasea a Lenin, diciéndonos que el crecimiento y el paraíso en la tierra son “la electricidad más el poder de las multinacionales”. No son los palos blancos de la Concertación que trabajan para HidroAysén, Endesa, Acciona o Enel quienes lo desmentirían.

En cuanto a saber qué es el capitalismo, la definición de Merriam-Webster es demasiado indigente ante la realidad que vemos ante nosotros: millones de chilenos endeudados, que viven con salarios miserables y sin ninguna certidumbre en cuanto a su futuro y el de sus familias, saben muy bien lo que es el capitalismo.

Por eso prefiero, entre otras, la que entrega Bernard Maris en su reciente libro “Plaidoyer (impossible) pour les socialistes” (Albin Michel . Octubre 2012):

El capitalismo no es la simple prolongación de la vieja sociedad, sino su hijo demoníaco, degenerado, fruto de una mutación genética ligada a la técnica. Es mórbido y suicida”.