ARITMÉTICA
Luis Casado – 21/02/2012
Como si la etimología les hiciese un “dedo de honor” a los helenos, he aquí que aritmética nos viene del griegoarithmetiké, que quiere decir “arte numérica”. De eso va el tema de la deuda pública griega: de las (malas) artes numéricas que transforman una deuda de nada en crisis planetaria para regocijo y lucro del sistema bancario. En una nota precedente (“Desangrando a los griegos”) señalé que en el año 2007 la deuda griega era de 104 mil millones de euros. En estos días el enésimo “Plan de rescate y ayuda a Grecia” muestra las cifras que siguen, ¡atento el personal!
El Plan de la troika (FMI, BCE, UE) alcanza los 237 mil millones de euros. Junto con recordar que “la cuenta será muy pesada para la población griega”, la prensa precisa que la crisis griega le habrá costado más de € 350 mil millones a las instituciones internacionales, a la UE y a los bancos. Como si fuese poco, el acuerdo negociado con los acreedores privados del Estado griego prevé una quita de un 53,3% con relación al valor inicial de lo que se les adeudaba. Según estos sabios calculillos, las pérdidas reales para los acreedores privados serán superiores al 70%. La información no precisa si se trata de un 70% con relación a lo prestado (principal), o a la deuda acumulada (principal más intereses). Para concluir, la prensa indica que el Plan incluye una parte de “ayuda pública” de € 130 mil millones (luego de un primer programa aprobado en el 2010 que había alcanzado la suma de € 110 mil millones), y una parte de “ayuda privada”, la quita mencionada más arriba.
De esta manera una deuda inicial de € 104 mil millones le “habrá costado más de € 350 mil millones a las instituciones internacionales, a la UE y a los bancos”, y un ojo de la cara al pueblo griego que todavía debe rembolsar € 240 mil millones. Más de € 590 mil millones en total. ¿Cómo es posible pasar de una cifra a la otra? Puede que los cálculos hayan sido hechos por los linces de La Polar. O bien por el equipo dirigente de CODELCO. No. En realidad no fue necesario porque rufianes y estafadores también hay en la Unión Europea.
Las cosas se van aclarando cuando uno se entera que el Banco Central Europeo le redistribuirá a los bancos centrales nacionales de la zona euro (alemán, francés, etc.) los beneficios obtenidos por la recompra a la banca privada de las obligaciones griegas efectuada a partir de mayo del 2010. Los alemanes habían comprado por € 38 mil millones de obligaciones que ahora valen… € 50 mil millones. Un modesto beneficio de un 31,60% que paga un pueblo griego hambreado. Sin contar los enormes beneficios que ya hicieron los bancos privados sobre esas mismas obligaciones (la quita del 53,3% no hace sino sacarle un alita a esos beneficios). ¿Te va quedando claro?
Estas tasas de beneficio deben ser comparadas con la tasa de interés a la cual el Banco Central Europeo le presta a la banca especuladora: un 1% anual. Esa banca especuladora le prestó a Grecia a tasas superiores al 12% anual, y luego le revendió la deuda al BCE quitándose el riesgo de encima y embolsando pingües beneficios. El BCE a su vez le redistribuye beneficios a los alemanes, que no se privan de insultar al pueblo griego tratándoles de holgazanes e irresponsables. Tan holgazanes e irresponsables como la inmensa mayoría de los chilenos que se endeuda a tasas usureras y alimenta con su esfuerzo cotidiano a los rufianes de la “comunidad financiera”, del “retail”, de la energía, del agua potable, de los transportes, etc.
Lo peor de esta historia no es que los griegos terminen pagando € 590 mil millones por una deuda inicial de sólo € 104 mil millones, sino que de todos modos, a pesar de las reducciones de salarios y pensiones, a pesar del aumento de impuestos, tasas y aranceles, a pesar de la privatización del patrimonio público, a pesar de una tasa de desempleo que se empina por encima del 25%, a pesar de todo… no podrán pagar, y todo el mundo lo sabe.
“La deuda griega es ahora absolutamente imposible de pagar”, declaró en septiembre de 2011 el conocido economista Jacques Sapir. Según los cálculos del economista Philippe Brossard, con tasas de interés del 12% a diez años ¡la probabilidad de un default de Grecia supera el 99%!
Por su parte, Frédéric Lordon precisaba en mayo del 2010: “Hay que saber que intentar reducir o mantener el déficit en fase de recesión exige alzas de impuestos y recortes de gastos tan violentos que agravan inevitablemente la situación que originó el déficit, dejando las finanzas públicas en peor estado que al inicio, ¡y en prima una tasa de cesantía a dos cifras!”
Exactamente lo que constatamos ahora, dos años más tarde. A Lordon se le olvidó decir que, explotados más allá del límite de paciencia, hay pueblos que se rebelan. Los griegos tienen una tradición milenaria de lucha por la libertad, la democracia y los derechos republicanos. ¡Cuidado!
Louis Casado
Editor de Politika
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