Blogia
Economía con Máximo Kinast

Triple A = Ay, Ay, Ay…

Escribe Luis Casado – 02/08/2011

 

Los países del primer mundo están cada día más acojonados con el cuento de la nota Triple-A, o AAA según se prefiera.

 

Las agencias de calificación de deuda, esos rufianes con patente de corso cuya principal característica es equivocarse siempre, -salvo cuando se trata de ganar plata especulando y cometiendo tropelías ligadas a los conflictos de interés-, amenazan un día sí y el otro también con rebajar la nota de la deuda soberana (pública) de tal o cual país. La consecuencia es de una sencillez bíblica: una nota más baja significa que dicho país representa un “riesgo” mayor, y por consiguiente debe pagar tasas de interés más altas para financiar su deuda. Grecia, por ejemplo, no logrará pagarla nunca y por el contrario verá aumentar el monto de lo adeudado año tras año.

 

Que Standard & Poor’s, Fitch y Moody’s no tienen ninguna credibilidad no lo digo sólo yo. El 9 de agosto, Kent Moors, cronista de la conocida consultora financiera Money Morning,  comentó la rebaja de la nota de los EEUU del modo siguiente:

 

“Jack Bogle, el legendario fundador y ex presidente del Vanguard Group, llama a Standard & Poor’s  ‘la banda de cuatreros que no logra disparar correctamente’. Creo que es un buen modo de caracterizar una desgracia disfrazada de agencia de calificación. Vea Ud., estos son los mismos tipos  cuya ‘opinión’ fue regularmente descartada como risible durante la debacle de las hipotecas subprime. Los mismos matones codiciosos que ganaron mucho dinero adjudicándole notas Triple-A a las obligaciones basadas en hipotecas basura, contribuyendo directamente a la crisis mundial del crédito”.

 

Se ve que Kent Moors no es el tipo de “experto” que pringa las redacciones de la TV y los diarios chilenos. Pero la pretendida infalibilidad de los gurús ya no hace reír a nadie. Christine Lagarde, la procesada por malversación de fondos públicos que sucedió a Dominique Strauss-Kahn en la Dirección del  Fondo Monetario Internacional, pone en duda la solidez de los bancos europeos y precisa que las pérdidas que hay que solventar superan los 200 mil millones de euros. La nada misma. Por si fuese poco, una eventual insolvencia de la deuda soberana de Irlanda, Grecia, Portugal, España, Bélgica e Italia podría desatar efectos catastróficos en Francia y en Alemania. En claro, Christine Lagarde reclama que la banca europea se recapitalice y mientras más pronto mejor.

 

Curiosamente, el 23 de julio una tal Lagarde Christine, entonces ministro de Finanzas de Francia, declaraba a propósito de los test de esfuerzo a los que fueron sometidos los bancos europeos: “Estos buenos resultados traducen la solidez del conjunto del sector bancario francés, y en particular el significativo refuerzo de los fondos propios de los bancos franceses en el curso de los últimos meses así como una controlada exposición a los riesgos de la deuda soberana.

 

Como dice el semanario Le Canard Enchaîné,  los “controlados” riesgos que corría la banca francesa hacen dos meses, ahora son incontrolados. Mejor aún, Lagarde, que hace cinco semanas rechazaba toda intromisión de los Estados en la economía, declara ahora: “La solución más eficiente sería una recapitalización sustancial obligatoria de los bancos europeos, con fondos privados en una primera fase, pero también con fondos públicos si es necesario”. ¿Nacionalizamos los bancos Christine?

 

Jean-Claude Trichet, -presidente del Banco Central Europeo-, se pregunta si Christine Lagarde no perdió algún tornillo y asegura: “La idea que pudiésemos tener un problema de liquidez en Europa es totalmente falsa”.

 

¿A quién creerle? ¿A Christine Lagarde, que dice todo y su contrario? ¿O a Jean-Claude Trichet, que la víspera del crac bursátil de 1986 afirmaba: “la Bolsa tiene un bello avenir delante de ella”? Se trata del mismo Trichet que en los años 1990, como Director del Tesoro, ocultó deliberadamente la catástrofe del Crédit Lyonnais. Un  fiscal requirió 10 años de prisión firme en su contra…

 

Lo peor es que el futuro no pinta muy bien, porque Trichet debiese ser remplazado este año por el ministro de Finanzas de Berlusconi. En mayo de este año los alemanes hicieron saber que no les gustaba la idea de remplazar a Trichet por un “tramposo” italiano… A los alemanes les gustan solo los tramposos alemanes, o en estricto rigor, franceses.

 

Nosotros, el personal, seguimos pagando las habas que se comió el burro.

 

 

Louis Casado

Editor de "Politika" - www.laizquierda.cl

“La Izquierda designa a quienes no admiten ningún derecho a veto por sobre la voluntad del pueblo soberano”.

 

0 comentarios