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Economía con Máximo Kinast

¿Y QUE LE DIJO EL OTRO?

Escribe Luis Casado – 10/11/2010

 

La cosa está que arde y tú no te enteras porque vives en Babia y lees diarios chilenos. A dos días de la apertura del G20 que intenta evitar una guerra monetaria, cada cual dispara salvas de advertencia. Pero con artillería pesada. Los chinos, por ejemplo, tratan al imperio con sus propios métodos. Si las agencias de calificación yanquis degradan la nota de tal o cual país para someterlo, la agencia china Dagong degrada la nota de los EEUU. ¡Nunca visto! Dagong duda abiertamente de la intención, -y de la capacidad-, de los EEUU de pagar su gigantesca deuda. De modo que va y degrada la nota de los USA de “AA” a solo “A+” como si tratase de un país tercermundista cualquiera. Quién te vio y quien te ve. “Los EEUU son un tigre de papel”, dijo Mao. Le faltó agregar que el papel era verde.

 

 “La agencia china estima que los problemas que afronta la primera economía mundial debiesen conducir a una recesión a largo plazo que reducirá la solvencia nacional. Dagong anuncia riesgos imprevisibles para la solvencia de los EEUU de aquí a uno o dos años”. ¡Los EEUU en el DICOM!, prevenido quedas.

 

La gota que colmó el vaso fue la decisión de la FED, -el banco central amerlok-, de fabricar 600 mil millones más de verdes dólares a partir de la nada absoluta. Europa tosió, Japón se atragantó y los países emergentes, de Brasil a Tailandia pasando por China, preguntaron si les estaban viendo el material genético. Con ese billete surgido de la nada la FED alimenta la banca estadounidense que lo usa para especular con las materias primas, o en los mercados bursátiles del prójimo, inundando de dólares todo el planeta. Resultado: el dólar baja, se deprecia, se desvaloriza. Los chinos, -que no estudiaron economía en Harvard-, saben que salen perdiendo porque son los principales acreedores de los EEUU. Incluso una deuda gigantesca, expresada en billetes de Monopoly no vale nada. Por otra parte, los bancos yanquis compran activos en todo el mundo con billete salido del bolsillo del Tony Caluga. ¿Capici? La devaluación de facto del dólar abarata los productos yanquis y encarece los del resto del mundo. De todo eso va la guerra monetaria.

 

Frente a esta verdadera agresión monetaria muchos países se defienden poniéndole barreras a la libre circulación de esta moneda ficticia. Xia Bin, consejero del banco central chino, lo pone clarito, clarito: “Mientras el mundo no haga nada para limitar las emisiones de divisas internacionales como el dólar, es inevitable que se produzca otra crisis”. El ministro surcoreano de Hacienda prevé “decididamente” un control de los flujos de capital. Su homólogo brasileño Guido Mantega declara “Todo el mundo desea que la economía americana mejore, pero el hecho de arrojar dólares desde un helicóptero nos daña a todos”. Por eso Brasil le sube los impuestos a los inversionistas extranjeros y a los capitales golondrina. Tailandia sugiere una acción concertada para luchar contra el aflujo de dólares hacia los mercados emergentes. El ministro de economía turco piensa que la decisión de la FED se volverá contra los EEUU, y un alto responsable indio destacó que si los EEUU tienen el derecho de relanzar su economía los otros países tienen el derecho de defender sus intereses.

 

¿Y Chile en todo esto? El patriota Felipe Larraín creó una comisión “para estudiar los efectos negativos del tipo de cambio”. El empresidiente se ocupa del Colo y de la ANFP. Así es de ejecutivo el ejecutivo.

 

Volviendo a las cosas serias, Francia, -que debe presidir el G20-, se propone “forjar las herramientas de la paz”. Sarkozy va a necesitar un mariscal. No. No de los que sirven en Talcahuano, ni de los que visten uniforme: uno de esos que labura el hierro. Porque el tema está complicado. La libra esterlina ha perdido casi un 25% con relación al euro, mientras el dólar se zambulle alegremente a su más bajo nivel desde enero último. El dólar australiano vale algo más que el dólar yanqui, lo que dista mucho de ser usual. Por un pinche dólar ya no te dan sino 82,4 yenes. Cada cual le echa la culpa al otro. El FMI, la OCDE, la UNCTAD y otros organismos inútiles chillan contra el “proteccionismo” por la mañana, y contra el exceso de competitividad al medio día. ¿Protegerse contra las manipulaciones del Primer Mundo? Eso no se hace.

 

Un amigo internético me hacía notar que los grandes ya no quieren jugar al Monopoly, sino a la pirinola, pero con pirinolas cargadas. Cuando juegan ellos siempre sale: “Toma todo”.

 

O salía: porque ahora les está saliendo gente al camino. ¡Yanquis tramposos! ¿Y qué le dijo el otro?

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