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Economía con Máximo Kinast

Oh… boy!

Escribe Luis Casado – 02/08/2013

 

Para leer la prensa financiera internacional hay que estar dopado al nitrito de pentilo o, en estricto rigor, al nitrito de butilo si no encuentras del otro. La alternativa es un cocktail de morfina, EPO y salsa de marihuana con amapola macerada en tricloroetileno.

 

Si –con el ojo de águila que le conocemos– Bachelet había visto “brotes verdes” en el año 2009, la realidad ha sido ingrata con sus previsiones económicas, o para ser justos, con las que le soplaba Andrés Velasco, que gobernó Chile cuando Bachelet era presidente.

 

Cuatro años más tarde la crisis continúa enriqueciendo a los ricos, empobreciendo a la ubicua clase media, y dejando sin laburo al personal. Karlos Arguiñano dice: “La clase trabajadora es la que no tiene trabajo, la clase media la que no tiene medios, y la clase alta… la que no tiene clase”.

 

Algún economista alentado, de esos que carburan a la banalidad friedmaniana, anunció –lleno de sonrisas– que los EEUU habían crecido a una tasa del 1,7%. Pocas horas después alguien aclaró que en el imperio habían cambiado el modo de cálculo, lo que tiene el mérito de aumentar las cifras sin producir ni un cuesco suplementario, y de cerrarles el tarro a los descreídos y a los faltos de fe.

 

En Inglaterra cambiaron el modo de cálculo del desempleo más de veinte veces en veinte años, gracias a lo cual disminuyó la cesantía. ¡Qué artistas!

 

En España, o como lo pone El Jueves –“la revista que sale los miércoles”– en Expaña, los grandes grupos económicos tributaron apenas el 3,5% por los beneficios del 2011. Según el ministerio de Hacienda hispano, el pago de grupos empresariales pasó de € 12.600 a € 3.000 millones en cinco años.

 

Un par de astutas reformas al modo de cálculo de los impuestos hizo que las grandes empresas pagasen apenas el 3,5% de los € 85.984 millones de beneficios declarados ese año. Las Pymes pagan todas en torno al 30%, pero ese es un detallito que no inquieta ni a José Ángel Gurría, el regente de la OCDE, quién estima que “es difícil cambiar las prácticas fiscales de las multinacionales” (sic).

 

Mientras tanto los gobiernos madrileños disminuyen los salarios, las pensiones, los presupuestos de la Salud y la Educación. Zapatero llegó a la ignominia de eliminar la asignación que recibían los recién nacidos… “Españolito que vienes al mundo te guarde dios…” escribía Antonio Machado, y llevaba razón.

 

Nada de lo que precede le parece suficiente al FMI, que no contento con ver hundirse a España, a Portugal, a Irlanda, a Grecia y a todos los países que “ayuda” y a los cuales les prodiga sus sabios consejos, exige ahora más “sacrificios”.

 

Sin sonrojarse, en su informe anual sobre España, el Fondo Monetario Internacional plantea que para crear empleo es necesario rebajar los sueldos en un 10%. ¿Qué tal? De pasadita te recuerdo que los salarios españoles están entre los más bajos de la Unión Europea.

 

El FMI también recomienda flexibilizar el mercado del trabajo y abaratar los costes de despido. ¿Te suena conocido? Las dos recomendaciones de Alejandro Foxley y Ricardo Solari para transformar Chile en un paraíso terrestre. ¿Cómo es que no les han llamado al comando de Bachelet?

 

En Grecia, ¿te acuerdas de Grecia?, ese país que la Troika salvó varias veces (la Troika: el FMI, el BCE y la Comisión Europea). Aritméticamente era fácil calcular que mientras más le “prestaban” a los griegos para salvar la banca especuladora y ladrona, más hundían al país y sus habitantes. Allí hubo suicidios por centenares de gente que se quedó sin trabajo, sin casa, sin futuro. Pues ahora el FMI acaba de darse cuenta de que hay que “salvar” a Grecia una ves más. Les quedó gustando.

 

En un enorme informe publicado el 31 de julio, el FMI declara que a Grecia le van a faltar € 4 mil 400 millones en el 2014, y € 6 mil 500 millones en el 2015, una vez que el programa de ayuda europeo concluya en julio del año próximo. El FMI está fallado de la calculadora y del cucumelo. Gracias a sus desvelos, Grecia debería en el año 2020 nada menos que un 124% de su PIB. ¡Ayúdame!

 

La mejor te la tengo reservada, por eso de que hay que dejar el fuego artificial para el último, el “bouquet”, el derrame de placer en plan orgásmico.

 

Es sabido que “No hay fecha que no se cumpla, plazo que no se venza, ni deuda que no se pague”. El período de Ben Bernanke a la cabeza de la FED, el banco central de imperio, está llegando a su fin.

 

Nadie desea cometer la locura que perpetraron con Alain Greenspan, a quién mantuvieron 18 años en el cargo con las consecuencias que conocemos ahora: la crisis que explotó a fines del 2007 y que nos tiene con el santo agarrado.

 

Alain Greenspan era un boludo patético pero en plan erudito, a tal punto que sus adoradores lo apodaron “The Economist”… Ignoro si Greenspan se querelló por injurias, hubiese sido mejor que lo tratasen de travesti, de pedófilo o de cazador de elefantes.

 

En fin, que ahora Obama tiene dos candidatos para elegir el sucesor de Bernanke.

 

Una patriota llamada Janet Yellen, que cuenta con la admiración del Financial Times, publicación financiera que por ser británica, justamente, no cuenta, y Larry Summers, un viejo conocido, un liberal empedernido, un partidario dogmático del laissez-faire a tal punto que los periodistas yanquis –que no se andan con chicas – lo apodaron “Larry-haz-lo-que-te-salga-de-la-punta-del-nabo-Summers”.

 

Mother Jones, una publicación yanqui, recuerda las poco gloriosas hazañas de Larry Summers. Entre ellas se cuentan sus comentarios sexistas que le valieron ser llamado a terreno por la Universidad de Harvard, de la cual fue presidente.

 

Cuando fue Secretario del Tesoro (ministro de Hacienda) de Bill Clinton en los años 1990, Summers juzgó innecesario regular la comercialización de productos financieros derivados, hecho que está en el origen de la crisis de los créditos basura o subprimes.

 

En el año 1999 se jugó para convencer al Congreso de los EEUU de abrogar el Glass-Steagal Act, una ley aprobada después de la Gran Depresión, que obligaba a los bancos a separar las actividades de detalle (depósitos) y de inversión especulativa. La abrogación de dicha ley permitió –a posteriori– poner en la legalidad a bancos que ya estaban al margen de la ley.

 

También se opuso a una regla propuesta por Paul Volcker, que fue Director de la FED de 1979 a 1987 y el tipo que terminó con la convertibilidad en oro del dólar, propuesta que obligaba a los bancos a cantonar sus actividades especulativas en una estructura dedicada y separada.

 

Larry Summers también ha sido un activo consultor tarifado a las órdenes de la banca (Citigroup) y del Nasdaq. Finalmente, pero no menos sabroso, Summers es un inversionista como se pide, charcha y chanta. Cuando era presidente de la Universidad de Harvard (donde van los “mejores”), le hizo perder a la honorable institución dos mil millones de dólares en “una mezcla de títulos, acciones, fondos especulativos, e inversiones en private equity”.

 

Cuando uno sabe que Piñera, Nicolás Eyzaguirre y Andrés Velasco, entre otros, estudiaron allí… comprende lo que pasa con las AFP.

 

En fin, que su oponente Janet Yellen no come de ese pan, y carga con el peso terrible de ser una fina analista y sobre todo –imperdonable– de no haber trabajado nunca ni para Goldman Sachs, ni para Citigroup. El tipo de persona independiente que podría defender los intereses de la clase media, dicen los que saben.

 

Pero… tal parece que Obama, cuyos padrinos (en el sentido propio y en el mafioso) están ligados a los intereses financieros, parece muy inclinado a nombrar a Larry Summers.

 

El zorro a cargo del gallinero, o el “Cabro” Carrera jefe de la lucha contra el narco tráfico.

 

Como te decía, para leer la prensa financiera internacional hay que estar dopado al nitrito de pentilo…

 

 

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