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Economía con Máximo Kinast

ATRASO, NEOLIBERALISMO Y DEMOCRACIA

Darío Botero Pérez

 

Los judíos se baten por la libertad, y los pazguatos que los siguen gozarán de ella “marchando detrás del pueblo judío encadenados, como cautivos, y prosternándose delante de él”, según lo profetizara el rabino LOEB

 (ISIDORE LOEB, La littérature des pauvres Dans la Bible, 1882, p. 218-219”. 

 

Colonia

La irrupción del capitalismo, fundado en su presunta superioridad económica, afectó la producción feudal pero no la extinguió automáticamente ni logró remplazarla del todo.

 

Las relaciones sociales de producción en el campo han conservado formas de servidumbre y de apego de los campesinos a la tierra que recuerdan a los llamados "siervos de la gleba" de la Edad Media.

 

Dichas relaciones las implantaron en América los conquistadores europeos durante la prolongada etapa colonial, reproduciendo las formas de explotación imperantes entonces en Europa.

 

Independencia

Por su lado, el rechazo social de los criollos a la exclusión del ejercicio del poder, que  era manejado por nobles nacidos en las respectivas metrópolis, condujo a  las guerras de independencia cuyo bicentenario se celebra en este 2010.

 

Tal transición se dio en el marco del triunfo político e ideológico del capitalismo expresado en las doctrinas liberales surgidas en el s. XVIII.

 

Se insiste en que se trató de un designio de la masonería, impulsado mediante los enciclopedistas auxiliados por todos los fenómenos que condujeron a la derrota del feudalismo. 

 

Vale decir, a la confrontación y el debilitamiento del poder secular del catolicismo, tan arrasador, despiadado y sanguinario, pero tan hipócrita y mojigato.

 

Niega sus crímenes mientras condena los de sus enemigos

 

De ahí que el surgimiento de la llamada "Reforma Protestante" (Lutero, Calvino, Enrique VIII), haya dado lugar al Concilio de Trento (1545-1563) que formalizó la "Contrarreforma" o "Reforma Católica", con la intervención de personajes centrales como los santos Ignacio de Loyola, Carlos Borromeo y Francisco de Sales, y la influencia definitiva de los Jesuitas fundados por el primero.

 

Capitalismo y atraso

Lo cierto es que el florecimiento del capitalismo como sistema dominante se da a partir de la Revolución Francesa (1789) como hito definitivo.

 

Aunque no faltarán quienes consideren como tal la insurgencia masona que alcanzó la independencia de USA, exigida desde 1776.  Allí el campo sí adoptó, mayoritariamente, formas de producción capitalista.

 

De todos modos, es indudable la permanencia de relaciones patriarcales en la producción campesina latinoamericana tradicional.

 

Así han  conservado formas de producción presuntamente caducas pero que han demostrado gran estabilidad, como lo prueba su permanencia.

 

Hay que tener en cuenta que las formas de opresión son de orden social y político, mientras las de producción aluden a lo económico.

 

Las últimas -aunque históricamente van paralelas a la opresión, donde ésta se ha manifestado- son independientes de los abusos del poder.

 

En las que catalogamos como “sociedades atrasadas” o “pre capitalistas” continúan como un testimonio real de lo que significa un desarrollo sostenible o sustentable de verdad, que respete la Naturaleza y no sea una mera consigna de los depredadores que niega en los hechos lo que predican sus palabras.

 

Al respecto, es proverbial la calificación de “envase ecológico” con que Bavaria resolvió ponernos a consumir cerveza en lata desde la década de los 80s del s. XX, abriendo otro flujo de contaminación bastante perverso.

 

Autarquía[1]

Generalmente se ha criticado como una prueba de atraso la permanencia de las formas de producción autosuficientes, entre las que la producción campesina tradicional participa y de las que las prácticas ancestrales de los llamados pueblos primitivos, como los “indios” de América, son parte integral y ejemplo a considerar.

 

Sin embargo, su conservación durante siglos indica que son fuertes y que sus deficiencias no son intrínsecas, como se pretende hacernos creer, sino que obedecen a las estructuras jerárquicas que bendicen la explotación social y han dado lugar a las luchas de clases.

 

Continúan mostrando su fortaleza a pesar de la enorme ofensiva del Neoliberalismo por imponer las formas de producción del capitalismo moribundo (o salvaje), que arrasan con el medio ambiente, destruyen la diversidad biológica y amenazan con extinguir la Vida.

 

La ofensiva actual es definitiva.  Las ambiciones de los grandes inversionistas en minería, dotados de maquinaria poderosa, y decididos a utilizarla en todos los países lacayos, tendrán la inevitable consecuencia de destruir las tierras y reducir y contaminar las fuentes de agua potable.

 

En consecuencia, someten a la población a inmensos sufrimientos, y la amenazan con la miseria eterna, como han hecho con Haití.

 

Hambruna

Otro propósito de los potentados irracionales, enceguecidos por la codicia, es sembrar enormes extensiones de tierra con monocultivos de carácter industrial que puedan cultivarse con máquinas, ahorrando tanta mano de obra como sea posible y ampliando la brecha social, hasta donde lo toleren las víctimas, cada vez menos ingenuas y creyentes en la superioridad de sus verdugos y estafadores.

 

La destrucción que han causado hasta el presente, privando a los mismos gorilas de sus selvas en Borneo para sembrar palma africana (o de aceite), quieren ampliarla hasta alcanzar el colapso definitivo.

 

Para lograrlo necesitan despojar a los campesinos de sus parcelas, privándolos de su fuente tradicional de subsistencia y dejándolos sin su autoempleo, en la miseria y aguantando hambre a la intemperie, en zonas urbanas desconocidas y agresivas, como desplazados abandonados y perseguidos por el Estado.

 

Así sucede en Colombia, bajo la república mafiosa y neoliberal que sacrifica a los verdaderos patriotas, como el Procurador Ordoñez a Piedad Córdoba, porque exigen acabar la guerra civil reconociéndoles sus derechos a las mayorías siempre pisoteadas, y recuperando la soberanía nacional.

 

Es lo que llaman "progreso" los vendepatrias ladrones, felices amasando pequeñas fortunas que, para los más viles, pueden ser mayores y mantenerse en cuentas cifradas en paraísos fiscales.

 

Catástrofe ambiental

Los efectos sobre la biosfera de estas prácticas son tan graves como los que causan a las comunidades auto-sustentables que por años -a pesar del abandono del Estado o, más bien, gracias a él- lograron garantizar su subsistencia y una fuente de trabajo estable, durante generaciones.

 

Por eso no podemos caer en la trampa del “calentamiento  climático”, sin negar su existencia pero reconociendo que la intervención humana en el asunto es inferior a la causada por el sol o por las emisiones de gases con efecto invernadero producidos por la misma Naturaleza, como los volcanes.

 

Los aportes de Dominique Guillet son precisos y bien documentados. 

 

Demuestran que las alarmas por el “cambio climático” buscan desviar la atención de la  opinión pública del verdadero problema causado por el hombre y que estamos en la obligación de reconocer y combatir.

 

Lo que está acabando con el mundo, más que el exceso de gases con efecto invernadero causantes del cambio climático (según Al Gore, la gran amenaza que agobia a la especie), es la catástrofe ecológica deliberada, con su extinción de especies y su destrucción del medio ambiente.

 

Tales crímenes contra la Naturaleza se complementan con la crisis económica, la hambruna universal y la guerra mundial, según los planes develados de los criminales potentados del Club de Bilderberg.

 

Para no repetir el envío de los valiosos documentos de Guillet, recuerdo que los agregué a envíos recientes: “Engaño climático” (anexo a “Imponente hegemonía criminal” y a “De nosotros depende la extinción”, difundidos en septiembre), y “Les écolos-thermistes” (anexo a “El juicio universal”, enviado a fines de octubre).

 

Desastre en curso

Cambiar el rumbo, defender la Vida y proteger la biosfera les compete a todos los que se sientan tan dignos como cualquiera en vez de simples instrumentos de los potentados criminales que han decretado la extinción para las mayorías y la esclavitud para los eventuales sobrevivientes.

 

Por tanto, ante los embates del Neoliberalismo que amenazan la conservación de la civilización, es urgente promover las formas de producción tradicionales de la economía rural.

 

Indudablemente, es capaz de sostener familias campesinas e indígenas, reduciendo su éxodo a las ciudades u otros centros urbanos.

 

Inclusive en la China, antes de que se degenere completamente por el prurito consumista, conviene que reconsideren sus criterios de desarrollo y progreso, pues son una mortal imitación del Neoliberalismo; vale decir, de la agonía del capitalismo que está destruyendo el mundo con su consumismo irracional y desenfrenado.

 

Es un cruel espectáculo que vemos, con dolor, replicarse y multiplicarse por todo el mundo al constatar la destrucción de las selvas amazónicas en que viene comprometido el Partido de los Trabajadores de Brasil, presunto defensor del pueblo, sirviéndoles a los potentados contra los intereses de su pueblo, en particular del que habita la selva desde tiempos inmemoriales.

 

También dedica inmensas extensiones de tierra para producir necro (o agro o bio) combustibles, mientras el número de pobres crece al ritmo en que la riqueza se concentra en manos de menos pero más perversos potentados.

 

De tal manera, la autosuficiencia alimentaria se hace más difícil. 

 

Similares crímenes en procura del “desarrollo” se verifican en la India y Rusia, y en todas las neocolonias de USA.

 

En vez de las tecnologías del abundante y barato hidrógeno -que es capaz de brindarle autosuficiencia energética en todo el mundo a cada individuo proveyéndolo, además, de agua potable- prefieren las que destruyen el medio ambiente para asegurar la hambruna universal que propone el Club de Bilderberg.

 

Soberanía y vida

Afortunadamente, el popular gobierno de Bolivia ostenta una presencia indígena que lo ha llevado a dotarse de una constitución que reconoce su diversidad étnica y los fueros particulares de cada etnia.

 

También reconoce los derechos de la Madre Tierra, que ahora atraen a los humanistas defensores de la Vida y que la Conferencia de Cancún tendrá que considerar y reconocer, si pretende ser algo diferente a un paseo para funcionarios ineptos ansiosos de las ganancias que les deja el coco del “cambio climático” con sus “créditos de carbono”.

 

Aunque algunos ciudadanos consideran que es un país minero, esas comunidades indígenas, respetuosas de Pacha Mama, probablemente no estarán de acuerdo en despedazar los ecosistemas para que los grandes mineros internacionales, a cambio de dólares con valor negativo, intenten superar las crisis económicas de origen especulativo-financiero causadas por sus colegas bancarios.

 

Desde luego, el rechazo a la minería generalizada y mal intencionada no puede proscribir toda actividad minera, como si se tratase de un dogma o principio vital inapelable.

 

Lo definitivo es que el medio ambiente debe prevalecer, tanto como las tierras de labranza y las fuentes de agua.

 

Suponiendo la admisión de esta salvaguarda, la decisión del gobierno de Evo Morales de negarse a privatizar sus ricos yacimientos de litio, explotarlos de cuenta propia y transformarlos internamente, es soberana y ejemplar, saludable y próspera.

 

La decisión de Bolivia constituye una guía para los pueblos y traza un camino que los vendepatria de Colombia cerraron al prohibir la expropiación de los mineros en el código minero vigente y mantener un nivel ridículo de reparación del daño mediante regalías irrisorias, como su mentor Chile, el primer país de ensayo de las teorías criminales del Neoliberalismo.

 

Según lo autorizó el dictador lacayo -acatando las órdenes del Imperio y postulándose como ejemplo para los demás mandatarios arrodillados, que todavía lo admiran, al menos mientras siga disfrutando de la libertad-, en Colombia el área rotulada para la explotación minera es superior a la superficie de todos los parques naturales declarados en la humillada y abusada nación.

 

Posiblemente iguales órdenes han recibido Laura Chinchilla en Costa Rica y Pepe Lobo en Honduras, como tantos lacayos más, enemigos de sus pueblos.

 

Por eso, estamos en la obligación de exigirles a los gobiernos vendepatrias de nuestros países que adopten medidas soberanas similares a las de Bolivia.

 

La modernidad permite ofrecerles las cimas del progreso a las comunidades rurales sin destruir sus relaciones comunitarias ni discriminarlas.

 

Pero en ese modelo tradicional, el patriarca, entendido como un ser autoritario, con poder discrecional sobre los demás, sí está condenado a desaparecer como efecto natural del reconocimiento de la igualdad esencial de los seres humanos que se exprese en una convivencia realmente democrática.

 

Cancún, fracaso anunciado

En cambio, las absurdas recetas neoliberales, absolutamente ajenas a cualquier intento racional de explicar la realidad y buscar el progreso colectivo, se caracterizan por el arrasamiento intensivo, como el producido por la gran minería que tenemos la obligación de evitar y derrotar. 

 

Se trata de una decisión fundamental y obligatoria para frustrar los planes de exterminio del sionismo y los potentados del Club de Bilderberg.

 

Es el reto más inmediato y depredador que nos ponen los potentados para paliar su crisis, supuestamente, o para destruir la biosfera, realmente, aparentando mera codicia.

 

De ahí que a la anticipadamente fracasada cumbre de Cancún tengamos que exigirle que asuma una agenda realista capaz de detener los daños a la Naturaleza, en vez de desviar nuestra atención y nuestras energías a controlar las emisiones humanas de gases con efecto invernadero que cualquier erupción volcánica multiplica y no estamos en capacidad de controlar, a no ser con los asombrosos alcances del proyecto HAARP, capaz de causar terremotos, huracanes y zombis.

 

Fidel Castro lo ha entendido y advertido claramente:

 

“En 50 años de bloqueo la superpotencia no ha podido, ni podrá, derrotar a la Revolución Cubana. No me dediqué al ejercicio de contar los votos a favor o en contra de la “Resolución”. Observé, en cambio, el calor y la convicción de los que hablaron contra la injusta y arbitraria medida. Es un error creer que esa medida se puede mantener indefinidamente. Fue una sublevación. Los pueblos están cansados ya de agresiones, saqueos, abusos y engaños.

 

“Nunca las delegaciones expresaron con más vigor su protesta contra la burla que implica el desprecio a la justa condena de la comunidad mundial contra un acto de genocidio que se reitera año por año. Están conscientes de que lo más grave es el saqueo sistemático de sus recursos naturales impuesto a la mayoría de los pueblos del planeta, la progresiva escasez de alimentos, la destrucción del medio ambiente, el creciente número de guerras genocidas contra otros pueblos, apoyadas en bases militares ubicadas en más de 75 países, y el creciente peligro de una conflagración suicida para todos los pueblos del mundo.” (Ver La sublevación en la ONU (II) - América Latina en Movimiento) (subrayado por DBP)

 

Enemigos universales

En sus estertores, los potentados del Club de Bilderberg no tienen inconveniente en extender la desolación que conlleve la hambruna universal, para diezmarnos y domesticarnos, según sus perversos y enfermizos razonamientos de sicópatas.

 

Siguen creyéndose seres superiores, a pesar de sus miserias.

 

Sin duda lo serán si permitimos que se salgan con la suya aunque su carácter de enemigos de la Vida y cánceres de la especie ha quedado al descubierto.

 

Ni ellos mismos lo niegan.  Prefieren acelerar su agenda criminal.  Por eso, Bush se vanagloria de sus delitos, pisoteando cualquier noción de decencia y ofendiendo a la Humanidad civilizada.

 

Están desesperados por desatar la guerra para derrotar a la gente pensante y digna, buscando evitar pagar sus delitos de todo tipo.  Pretenden que se les reconozca su derecho divino a cometerlos. Es la única salida que conciben sus cerebros reptilianos de criminales cavernícolas.

 

 

El tiempo de la gente

Hemos llegado a la época del enfrentamiento definitivo que nos une, por encima de cualquier peculiaridad, contra los enemigos comunes.

 

Sin duda, ellos son los potentados de todos los pelambres e ideologías que fomentan los nacionalismos, el patrioterismo o chauvinismo, las diferencias y los enfrentamientos entre los pueblos para desatar la tercera y definitiva guerra mundial.

 

Hace años cocinan un “gobierno mundial despótico” al que la Humanidad ha de confrontar mundialmente, conformando una “sociedad global democrática” gobernada por consensos y valores comunes.

 

Nuestra guía son los recogidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, cuyo respeto debe garantizarlo el Derecho Internacional por encima de las arbitrariedades de cualquier gobierno.  Al menos, así debería ser.

 

No seguirán siendo grupúsculos de “especialistas” ni de “representantes” quienes impondrán las normas de convivencia, arrebatándoles a los ciudadanos sus derechos y atropellándoles su dignidad.

 

Arrogancia de mortecinos

Así lo hizo el asqueroso asesino y mentiroso, el tarado George W. Bush, todavía impune, al adulterar completamente la carga de la prueba, considerando “terroristas” a todos los ciudadanos, independientemente de su condición o de su evidente indefensión.

 

Eso significa someter a tratos deshonrosos a los viajeros aéreos, y a toda clase de vejámenes a los ciudadanos corrientes que los potentados pretenden mantener apabullados, como a los latinos en Arizona, o a los haitianos, los afganos, los iraquíes, los iraníes y los colombianos, los ticos, los hondureños, en fin, a todos los humanos en sus respectivos países administrados por vendepatrias.

 

Ante las confesiones del petrolero estúpido y criminal en su libro autobiográfico, no pueden dejar de compararse sus piadosas prácticas de la tortura y el asesinato preventivos, para “salvar vidas”, con la proeza de Thimoty McVeight al asesinar párvulos en Oklahoma para que los halcones de Washington no tuviesen la oportunidad de convertirlos en asesinos, despiadados y sin razón, de gente inerme en países lejanos cuyas riquezas seducen a esos criminales codiciosos e inescrupulosos que monopolizan el gobierno en la metrópoli.

 

La Humanidad tiene que apoyar a Amnistía Internacional en su reclamo de juicio para la bestia republicana que precedió a Obama en la Casa Blanca y que hizo todo lo posible por ocultar la crisis económica y precipitar la guerra y demás tragedias planeadas por los sionistas

 

Su criminal invasión a Afganistán es imperdonable. Se funda en la excusa de perseguir y castigar a Al Qaeda y a su presunto jefe, Osama bin Laden.

 

Es tan injustificada y criminal como la posterior invasión a Irak, fundada en puras mentiras, y que constituye un crimen contra el patrimonio cultural de la humanidad al haber atacado la cuna de la civilización occidental.

 

Y lo es tanto como le sería la planeada y largamente acariciada invasión a Irán, también fundados en mentiras, calumnias y ambiciones inconfesables.

 

El pretexto es “combatir el terrorismo” que se inventó el usano George W. Bush con su socio aristocrático, petrolero y santón, agente de la CIA, ese mismo Osama Bin Laden que dicen perseguir.

 

El par de petroleros perversos, mentalmente retrasados e ineptos, lo que los convierte en asesinos despiadados, sueñan con pasar a la Historia por sus canalladas, aunque posando de héroes para sus respectivas culturas y naciones.

 

El uno como un desalmado y genial terrorista, que fue capaz de atacar al Imperio en su corazón, para complacencia de sus víctimas árabes, palestinas y musulmanas, hasta entonces humilladas impunemente por los amos de ese Imperio, los sionistas.  

 

Y el otro, como el cruzado vengador que combate sin tregua al terrorista, a nombre de los sagrados valores de occidente, así tenga que arrasar con los derechos humanos de quienes, con seguridad absoluta, no son terroristas sino ciudadanos indefensos y atemorizados, que todavía les creen a las lacras que gobiernan, y les reconocen autoridad.

 

Anhelan figurar como las cabezas visibles del enfrentamiento entre las civilizaciones islámica y cristiana, respectivamente.

 

Ambos hacen parte de los potentados que embrutecen a sus respectivos pueblos con el propósito de fanatizarlos hasta el punto de llevarlos a considerarse enemigos irreconciliables, aptos para enfrentarse en la guerra terminal que el Club de Bilderberg le ha decretado a la Humanidad atendiendo a los delirios del sionismo.

 

Éste se halla feliz incitando a sus enemigos tradicionales para que se maten mutuamente y le dejen el terreno libre al “pueblo elegido” a fin de que pueda reconstruir su templo de Salomón y extender su “tierra prometida” hasta el río Eufrates, ese presunto límite del Paraíso, como lo ordena la Biblia.

 

Mientras tanto, los criminales de AlQaeda -tan ajenos a Saddam Hussein, también ex agente de la CIA, inicialmente mimado por el Imperio que terminó matándolo; y dictador de Irak que fue capaz de impedir la guerra civil entre sunitas, chiitas y kurdos-, agravan la situación asesinando cristianos en este país.

 

Acatan las torpes órdenes de esa presunta agencia de inteligencia, que busca despojar a sus tradicionales ocupantes de la Mesopotamia que los  sionistas reclaman como su herencia divina, desde los sueños de Abraham.

 

A propósito, el impostor Jacob, ancestro de los sionistas, también afirmó haber tenido sueños similares, para reforzar el engaño mediante el cual le robó la primogenitura a su hermano Esaú, aprovechando la ceguera de su anciano padre, el casi sacrificado Isaac, para que lo bendijese como jefe espurio de su linaje.

 

Orgullo de basuras

Todos los potentados, no sólo los sionistas ni los que se arropan en la religión para perpetuar sus abusos del poder, son sicópatas involucionados en quienes domina el cerebro reptiliano propio de los lagartos, los caimanes y los cocodrilos (que los faraones adoraban).

 

Por eso desprecian la Vida y les atribuyen el derecho a destruirla a los monstruos dotados de tales cerebros. 

 

Su criminal disposición genética los convence de que son superiores a los piadosos humanos normales, reacios a matar y a cometer muchos crímenes más que a los potentados les parecen naturales para los que acceden al poder.

 

Sus cerebros primitivos los vuelven insensibles al sufrimiento ajeno.  Más bien, los incitan a causarlo por simple capricho o por proteger sus intereses egoístas.

 

Semejantes criminales no tienen derecho a seguir dirigiendo los destinos de la especie. 

 

Su catadura criminal, por fin, ha quedado al descubierto sin que tengan manera de negarla u ocultarla, como han hecho hasta ahora.

 

Por eso han resuelto reconocerla, presentándola como una actitud virtuosa, según se deduce de las canalladas relatadas por Bush y las permitidas por el títere Obama.

 

Tengamos en cuenta que los potentados son tan viles que se enorgullecen y vanaglorian de sus asesinatos y demás crímenes.

 

Por su importancia, hay que repetirlo.

 

Tal es el caso con el tarado todavía impune, George W. Bush, homicida y torturador, según el mismo lo confiesa en su libro, constituyéndose en cabeza de proceso ante la justicia internacional que está en la obligación de procesarlo como enemigo de la Humanidad, del Planeta y de la Vida.  “A confesión de parte, relevo de pruebas” es el axioma del derecho al respecto.

 

 

Los gobernantes usanos, hasta ahora, se han atribuido el derecho a calificar a los demás países, dizque soberanos, y a bombardearlos cuando se les antoje, con cualquier pretexto, como el ocultar las aventuras sexorales de Clinton, o el  de matar al petrolero agente de la CIA, Osama bin Laden.

 

Sus canalladas tienen un costo enorme para los habitantes inermes en la invadida, bombardeada e indómita Afganistán, que también involucra a Pakistán, traicionada, a su vez, por el dictador Pervéz Musharraf, quien autorizó el uso de su espacio aéreo y sus instalaciones para bombardear a sus vecinos.

 

Pruebas de bajeza

Las pruebas de la maldad de los potentados son abrumadoras, de modo que sus consuetudinarias víctimas están abriendo aceleradamente los ojos, como debe ser, pues el tiempo se agota ante la ofensiva sostenida del consumismo contra el Planeta, y de los potentados contra la Vida.

 

La epidemia de cólera con que están acabando de exterminar al valiente, noble y gallardo pueblo de negros y mestizos indómitos de Haití, es otra ofensiva contra la Vida.

 

USA y la misión de la ONU (la tal MINUSTAH), han acorralado y atropellado intensamente al pueblo ejemplar, desde que derrocaron por segunda vez a Jean Bertrand Aristide, en febrero de 2004..

 

La desidia para ofrecerles una vida digna a los sobrevivientes del terremoto (que se esmeraron en que fuesen los menos posibles, obstruyendo el rescate oportuno de las víctimas que habitaban las zonas populares), tanto como la aparición de una absurda epidemia de cólera que parece causada a propósito; son bastante dicientes de las intenciones criminales de los invasores que tienen esclavizado al altivo pueblo, decano de libertad y dignidad frente a los mismos franceses que los esclavizaron  y trataron de exterminarlos.

 

La Humanidad no puede abandonarlos ni silenciar su drama, aunque sea por egoísmo, pues sus penalidades son un preludio de las que nos esperan a todos si permitimos que sigan avanzando los planes sionistas, develados en los papeles del Club de Bilderberg sacados a la luz pública.

 

En ellos, la ofensiva biológica es parte de sus recursos para diezmar la población mundial, junto a la guerra, la crisis económica y la hambruna.

 

 

Si somos dignos tenemos que rechazar el genocidio contra el pueblo haitiano como un crimen de lesa humanidad que a todos nos afecta y demanda solución inmediata.

 

Contra ese digno pueblo, el Imperio aplica el arma biológica.  Esta vez más letal y probada que la gripe AH1N1 con que amenazaron a toda la Humanidad en 2009.

 

Ahora se sabe que su propósito era forzar la vacunación que no sólo acabó de enriquecer a Dick Cheney y sus cómplices sino que, probablemente fue la manera de inocularles a sus víctimas la verdadera peste.

 

Así lo han ido sabiendo los vacunados, tan ingenuos y crédulos, tan manipulados. (Ver “El Club Bilderberg y la vacuna para la gripe “porcina” AH1N1”, anexo a “La ofensiva sanitaria”, columna difundida el 26 de octubre)

 

Es otro de los recursos revelados (y no negados) de los enemigos de la Humanidad, esos potentados -de todas las ideologías y en todos los países- que presiden gobiernos jerárquicos y juegan con los ciudadanos envileciendo y hasta extinguiendo sus vidas mediante la guerra, el hambre, la enfermedad, la exclusión…

 

Asunto de decentes

Estamos obligados a repudiar el mito en el que se apoya la “democracia representativa”: que un individuo o un grupo de ellos, reunidos en un partido político para defender sus intereses particulares, pueden “representar” los intereses de los ciudadanos ajenos al partido dominante o, inclusive, de los militantes que no pertenecen a los jerarcas que lo controlan.

 

Afortunadamente, el desarrollo de las fuerzas productivas nos ha dotado de las herramientas para ejercer la democracia directa, la auténtica, la única que merece tal calificativo porque no oculta dictaduras de clases sociales ni de castas.

 

A cada individuo lo considera un ciudadano con plenos derechos, independientemente de su capacidad adquisitiva, o del color de sus ojos, o del origen de sus ingresos, o de su orientación sexual, o del pigmento de su piel, o de su peso  o estatura, o de sus gustos culinarios o de cualquier tenor…

 

Mediante ella, cada ciudadano no es más ni menos que un ciudadano lleno de derechos que la sociedad le tendrá que garantizar y respetar.

 

Ninguno puede pretender representar a otro ni imponerle sus opiniones a la fuerza.

 

Pero todos tienen derecho a opinar como les plazca, así hagan el ridículo o se descalifiquen por irracionales o soeces.  Los insultos acompañados de argumentos, aportan.

 

Lo fundamental en la democracia directa es opinar, participar, debatir, aclarar, hasta que todos los afectados logren un consenso.

 

Es absurda la pretensión de acertar mediante el voto de unos entes manipulados por sus partidos y por sus presuntos representantes, quienes ignoran a sus bases impidiéndoles una participación verdadera en la deliberación y la adopción de los programas de gobierno, en caso de que existan.

 

Y mucho más absurdo es llamar democracia lo que es una evidente dictadura de élites que, cuando más, se turnan el ejercicio del poder con sus gabelas para los que gobiernan.

 

Evidentemente, como lo demuestra la experiencia, tal esperpento excluyente no merece de ninguna manera el calificativo de democracia.

 

¡Tanto absurdo asquea!

 

Debido a que el desafío es para todos, y nadie está libre de amenazas (a pesar de las ilusiones de las lacras monopolizadoras del poder), todo el que lo desee puede participar en la defensa de la Vida y en el combate contra los potentados que pretenden extinguirla.  No lo olvides. 

 

Pero nadie puede obligarte, a no ser los potentados o sus lacayos, mediante métodos violentos, como lo han hecho hasta ahora.

 

Si te marginas, también debería ser tu decisión, no la de quienes te engañan y utilizan desde tu más tierna infancia.

 

“–  Hasta que, al fin, la mente del niño se transforma en esas sugestiones, y la suma de estas sugestiones es la mente del niño. Y no sólo la mente del niño, sino también la del adulto, a lo largo de toda su vida. La mente que juzga, que desea, que decide... formada por estas sugestiones. ¡Y estas sugestiones son nuestras sugestiones!  –  casi gritó el director, exaltado.  –  ¡Sugestiones del Estado!  –  Descargó un puñetazo encima de una mesa.  –  De ahí se sigue que...” (Aldous Huxley, “Un mudo feliz”, capítulo 2)

 

¡Es hora de que seas el auténtico tú!, libre de cucarachas ideológicas, amante y defensor de la Vida y el Planeta, en caso de que seas así en vez de un sicópata reptiliano con complejos de superioridad y alma de demonio, como los potentados, nuestros enemigos comunes y altamente peligrosos.

 

 

ANEXOS

 

1.                  Adital - Royalt minero Qué la inversión extranjera se vaya y no vuelva jamás

2.                  Alerta ambiental por severos daños al Manglar de Puntarenas - LA VOZ DEL PUEBLO EN COSTA RICA PÁGINAS

3.                  Costa Rica primero de América Latina en prohibir minería de oro a cielo abierto - El polvorín

4.                  Cambio climático = lluvias mortales - América Latina en Movimiento

5.                  Carbón y sangre en las tierras de Jorge 40

6.                  Crisis del medio ambiente y del sector eléctrico - La Tribuna Estudiantil

7.                  El accidente minero utilizado por los poderosos como imagen de su respeto a la vida - América Latina en Movimiento

8.                  El mayor problema humano es el agotamiento de los recursos naturales - América Latina en Movimiento

9.                  Litio en la Puna jujeña

10.              China Neoliberal

11.              Instituto Eremita Urbanus - Archivos  ¡A LA CONQUISTA DEL MUNDO!

12.              La miseria del oro - diario El Pais

13.              Obama verde, las tecnologías y Cancún - América Latina en Movimiento

14.              Osama bin Laden regresa de la muerte preocupado por el cambio climático

15.              El Universal - CAMBIO CLIMATICO

16.              El club Bilderberg libro sobre los amos del mundo

 


[1] "Autarquía" en economía (Wikipedia )

 

Sistema económico según el cual una nación debe ser capaz de abastecerse a sí misma y subvenir a todas sus necesidades con un mínimo de intercambios comerciales con el exterior y rechazando los capitales extranjeros. Es sinónimo de economía cerrada al comercio exterior o al mercado global, lo que conlleva establecer restricciones al intercambio entre individuos de distintos sitios.

La Alemania de Hitler es uno de los mejores ejemplos de autarquía económica, con vistas a reducir al mínimo la dependencia con el exterior; fueron movilizadas todas las fuerzas económicas de la nación con el fin de producir las materias primas y los productos agrícolas indispensables y limitar al máximo el consumo de productos extranjeros, a costa de reemplazar productos de primera necesidad por otros sintéticos. Se trataba de evitar los problemas que surgieron en la Alemania de la Primera Guerra Mundial cuando los británicos bloquearon la mayor parte de importaciones del país.

Asimismo, dentro del franquismo, el período que va desde 1939 a 1959 se caracterizó por una autarquía económica.

Un caso poco conocido de autarquía económica es la acaecida en la República del Paraguay durante la dictadura de José Gaspar Rodríguez de Francia, el cual cerró todas las aduanas (excepto la de Itapúa con el Brasil) restringiendo el comercio con el exterior. Esta medida es hoy vista como un factor fundamental de la existencia del Paraguay como país independiente.

Estados ostracistas como Corea del Norte o la Albania socialista han practicado la autarquía económica motivados por el estalinismo de su ideología de Estado.

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Asunto o Referencia: NO DESEO MAS ENVIOS.

 

LIBRO NUEVA ERA CONTRA CRISIS, eL cAMBIO eS tOTAL

Recoge los envíos desde octubre de 2008 hasta diciembre 31 de 2009.  Su temática general gira alrededor de los problemas y las eventuales soluciones derivados del fin de la Historia y la inauguración de la Nueva Era.  Si le interesa informarse más o adquirirlo, para atenderlo adecuadamente, favor dirijase a la dirección

 

nuevaeracontracrisis@gmail.com

 

Gracias, DBP

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